Las cantidades que ponemos a continuación son aproximada, ya que dependerá mucho de las harinas y la leche que usemos así como de lo intenso que queramos el sabor la bechamel
4 cucharadas colmadas de harina
1/2 litro de leche caliente
50 g de mantequilla
Un chorro de aceite de oliva virgen extra
Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
Aceite de oliva abundante para freír.
Unos 300 g de gambita arrocera
Una copa de Brandy de Jerez
4 ó 5 huevos dependiendo de su tamaño y pan rallado
Empezamos pelando las gambas. Reservamos las cabezas y por otra parte, los cuerpos, los cortamos a trocitos. En una ollita con aceite caliente, unas dos cucharadas, doramos las cabezas, machacándolas con una cuchara de palo. Pasados un par de minutos, añadimos el brandy y dejamos reducir el alcohol, unos 2 minutos. Añadimos 400 ml de agua y dejamos reducir una 1/2 hora. Colamos y obtenemos un extracto de gamba excelente. Reservamos
En una sartén amplia ponemos las dos cucharadas de Aceite de oliva virgen extra y la mantequilla a fuego suave. Una vez desleída la mantequilla, añadimos la harina y la vamos tostando hasta que se disuelva en la grasa. Cuando esto ocurra, añadimos la leche caliente, poco a poco y removemos sin parar. Añadimos, sal, pimienta negra molida y nuez moscada al gusto.
Cuando acabemos con la leche, vamos añadiendo el extracto de gambas a cucharadas y vamos probando para alcanza nuestro sabor deseado. Cuando esto ocurra tenemos que espesar hasta que al mover la cuchara por el fondo de la sartén se nos quede la marca bien definida y cueste a la bechamel regresar a cubrirla. Entonces, apartamos y añadimos las gambas, removemos y dejamos reposar y enfriar en nevera.
Ponemos en un bol amplio 3 ó 4 huevos batidos con un par de cucharadas de agua, esto evitará que se nos formen hebras. Tomamos con una cuchara la masa y la vamos recogiendo alternativamente con otra cuchara, hasta forma una bola, croqueta o la forma que deseemos. Pasamos por pan rallado, luego por huevo y finalmente por pan rallado y las dejamos dentro del pan un minutillo. Con esto conseguimos que se nos adhiera más y mejor el pan rallado. Palmeamos, para eliminar los excesos y vamos colocando en una bandeja.
Meteremos en el congelador, despegadas unas de otras y las tendremos un par de horas y las sacaremos 15 minutos antes de freírlas. Lo hacemos para que el interior no se ponga blando con el calor demasiado pronto y se nos exploten. Freiremos en aceite caliente pero a fuego medio, escurriremos en papel y dejaremos reposar unos 5 ó 6 minutos antes de comer. Es mejor usar una sartén, pequeña pero profunda que una amplia, ya que así la croqueta está sumergida en aceite toda la fritura por completo.
Muy, muy fácil, No puedo decir más que: seáis muy felices, si o si, no hay opción