Clara que quién podría decir que con lo que saca al cabo del mes puede permitirse comer, una habitación decente y algunos caprichos, pocos, que hasta hace poco no podía permitirse ni de lejos
Un sueldo, qué ya es mucho decir
Lista de espera. Hay hasta lista de espera
Claro que cuando no hay otras opciones, poder estar en un punto fijo de un túnel de metro en una gran ciudad es un lujo. Tal cual
Quién le iba a decir que aquella afición suya a la música le iba a permitir ganarse la vida. La única opción
Cuando llegó, pensando en comerse el mundo, no sabía ni que existiera eso de tocar música en el metro. Sabía de músicos callejeros, claro. Ni se podía imaginar que los pasillos de metro albergaban tanta vida, tanta gente de un lado para otro
En una obra, de camarero, repartidor, de bucanero, de reponedor, descargando camiones. Ya había perdido la cuenta de la cantidad de trabajos que había desempeñado. Siempre mal viviendo. Nada fijo. Horas y horas. Los peores trabajos. Siempre hacinado en pisos compartidos
Compartiendo su tristeza, sus experiencias, con otros compatriotas. Nunca solo
Todas sus miserias expuestas y compartidas. Lo bueno y lo malo
En la calle sacaba unas monedas que no le llegaban para nada sino lo compaginaba con algo más fijo
Pero esas horas en la calle, esos meses tocando lo que había aprendido en su país, le había enseñado
¡Vaya si le había enseñado!
A conocer a las personas, las mejores horas para sacarse algo más, las canciones que más gustaban, a sonreír, a inclinar la cabeza, a mirar a los ojos
Puro aprendiza a base de pasar frío, hambre, a que los dedos se le agarrotásen, de humillaciones y desprecios
Todo aquello le sirvío para pasar las pruebas
Había tantas personas que obtaban a tocar en el metro que había que pasar unas pruebas. ¡Increíble!
Pero había trabajado duro hasta conseguirlo
Y ahora estaba allí, en aquel túnel infinito
Ya no se molestaba si ni lo miraban a la cara
Había entendido que aquellas personas tenían prisas y sus propios problemas. No se podían parar a escuchar nada, ni siquiera música
Sus caras ni eran de despareció, si ni siquiera lo veían
Había aprendido a quedarse con lo bueno. Porque, además de sacarse un sueldo decente, había otras cosas buenas en todo aquello
Cuando veía a alguien alejarse con una sonrisa en la cara, moviendo la cabeza al son de su música, eso también era bueno
Una sola sonrisa de una sola persona, que quizá tuviera más problemas que él, valía la pena
INGREDIENTES
1k de filetes de ternera
50 g de harina
2 hojas de laurel
1 diente de ajo
200 ml de vino blanco
200 ml de agua
Orégano
Pimienta
Sal
Aceite
ELABORACIÓN
Salar ligeramente los filetes
Pasar la ternera por harina
Laminar el ajo
En la cubeta. poner aceite
Menú Cocina
Cuando le aceite esté caliente, dorar los filetes
Reservar
Añadir la harina que nos haya sobrado de enharinar los filetes
Remover hasta deshacer sin que se pegue
Añadir el vino
Añadir el agua
Dejar evaporar el alcohol del vino
Añadir los filetes
Remover
Añadir el ajo, el laurel, pimienta y orégano
Remover
Si tiene poca salsa, añadir un poco de agua o vino
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Receta adaptada de Destino Castilla y León