Una tapa sencilla de hacer pero no por ello menos rica. La receta original lleva guindilla cortada el finas láminas, pero yo no tenía, así que utilicé un aceite de oliva virgen extra a la guindilla que tenía esperando a ser rescatado de la despensa. No quedaron muy picantes y la salsita que se formó es merecedora de un buen pan.
-400 g. de gambas peladas congeladas
-2 dientes de ajo picados
-4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra a la guindilla
-sal
Descongelamos las gambas de un día para otro en la nevera.
Las enjuagamos y secamos con papel de cocina.
Sofreímos los ajos con el aceite unos segundos para que no se quemen.
Incorporamos las gambas y sofreímos a fuego fuerte hasta que cambien de color, removiendo.
Estas se hicieron en un minuto.
Con esta receta participo en la iniciativa de Thermofan 1 +/- 100, desperdicio 0, donde todo el que quiera participar puede aportar recetas de aprovechamiento, cuidando así de nuestro planeta.