Ahora que empieza el frío nos apetecen platos de cuchara, guisotes a la antigua usanza en los que cuchareteemos y entonemos el cuerpo.
Con las almejas y el bacalao se convierte en un plato ligero, un sabroso guiso sin carne, pero nutritivo y con un sabor contundente. Al añadirle almendras al sofrito nos permite ligar la salsa y espesarla un poco, aunque en casa nos gustan los guisos caldosos y no he concentrado mucho el caldo.
He incorporado el tomate crudo rallado en lugar de tomate frito al sofrito. Así pierde mejor el agua. ¿Te resistes a un buen guiso marinero?
Para 4 personas:
500 g de garbanzos cocidos (pueden ser de frasco)
150 g de bacalao desalado
1/2 Kg de almejas
2 dientes de ajo
1 tomate maduro
1 copita de vino blanco (y otra para la cocinera)
harina
1 cucharada de almendras tostadas picadas
perejil
caldo de pescado o agua para cubrir (1/2 litro)
aceite
salSe dejan las almejas en un cazo con agua salada para que pierdan la arena durante 1 hora mínimo.
Se pone en una cazuela un poco de aceite a calentar. Se incorporan los ajos picados, el tomate rallado y un poco de perejil. Se sofríe sin que se queme.
Se agrega 1 cucharada de harina y se remueve con una cuchara de madera. Se incorpora el bacalao lavado, secado y troceado. Se añade el vino blanco y se deja que reduzca.
Se incorporan los garbanzos y si son de bote, se enjuagan y escurren previamente. Se cubren de caldo o agua y se salpimenta. Se deja que cuezan a fuego suave durante 10 minutos.
Se añade la almendra picada y las almejas escurridas. Se deja el guiso al fuego hasta que se abran las almejas. Se prueba de sal y se espolvorea de perejil fresco recién picado.
Se acompaña con vino blanco frío, como este delicioso Mil Flores de Rioja.