Hoy una gelatina muy curiosa que llevaba tiempo queriendo preparar. Puede parecer complicada en un principio, pero no lo es en absoluto. Vais a ver que siguiendo los pasos que os voy a dar os va a quedar perfecta. El sabor es espectacular, sobre todo la parte de gelatina de leche. Y además, podéis dársela a vuestros niños con toda la tranquilidad del mundo, ya que la gelatina ofrece muchos nutrientes por la cantidad de colágeno que contiene.
Ingredientes
Para la gelatina blanca
190 gr de queso de untar
390 gr de leche condensada
350 gr de leche evaporada
200 ml de agua
3 cdas de gelatina en polvo sin sabor
Para la gelatina de frambuesa
2 sobres de gelatina de frambuesa
750 ml de agua
Preparación
Disolvemos la gelatina sin sabor en los 200 ml de agua y dejamos reposar durante 3 minutos. Calentamos en el microondas durante 30 segundos hasta que se haya disuelto por completo.
Batimos el resto de ingredientes: queso de untar, leche condensada y leche evaporada hasta que obtengamos una mezcla homogénea. Añadimos la gelatina derretida y volvemos a mezclar.
Engrasamos el molde que vayamos a utilizar para preparar la gelatina (yo lo he metido al congelador mientras estaba realizando la preparación del resto de ingredientes).
Vertemos la gelatina en el molde y dejamos enfriar en la nevera durante un par de horas.
Para la gelatina de frambuesa, ponemos al fuego la mitad del agua y cuando ya esté caliente, añadimos los dos sobres de gelatina de sabor. Mezclamos bien y retiramos del fuego. Añadimos el resto del agua y dejamos enfriar. La gelatina de frambuesa tiene que estar fría para poder echarla sobre la gelatina de leche, de manera que esta última no se derrita.
Mientras tanto, vamos a ir despegando nuestra gelatina de leche del molde. Para ello, humedecemos las yemas de los dedos y vamos presionando a la vez que tratamos de separar la gelatina de las paredes del molde. Cuando comprobemos que la gelatina se desprende con facilidad, ya podemos añadir la gelatina de sabor.
Con la ayuda de un cacillo o cuchara, vamos añadiendo la gelatina de frambuesa por las paredes del molde, de forma que penetre hacia el fondo. Llegará un momento en que la gelatina de frambuesa haga que nuestra gelatina de leche flote, de ahí que se le llame "flotatina". Terminamos de añadir toda la gelatina de frambuesa y dejamos refrigerar durante otras dos horas como mínimo.
A la hora de desmoldar, vamos a hacer lo mismo que hacíamos para despegar la gelatina de leche, con las yemas de los dedos húmedas vamos presionando los bordes de la gelatina hasta que notemos que se despega. Si nos cuesta mucho hacer esto, podemos meter nuestros molde con la gelatina en un recipiente con agua caliente durante no más de 5 segundos. Ésto ayudará a que la gelatina se desprenda del molde con facilidad.
Y listo! Ya sólo os queda ver las caritas de felicidad de los niños cuando prueben esta delicia!
Pasad buena semana!