Con la llegada de las bajas temperaturas, resulta reconfortante degustar bien caliente este tubérculo de sabor dulzón y que contiene una gran cantidad de hidratos de carbono y azúcares. Sin duda la opción preferida para aquellos que quieran degustar al máximo su sabor dulzón, es consumir el boniato asado al horno. Conocido como batata o camote, es muy parecido a la patata, por lo que sus aplicaciones son similares. Es ideal para acompañar platos de carne o de pescado y resulta delicioso en forma de puré o crema, así como en una amplia variedad de postres. Como lo he preparado yo, está muy bien como plato único.
Ingredientes:
600 gr de boniatos
400 gr de nata (crema de leche) ácida
200 mililitros de caldo de verduras
sal y pimienta
6 ramas de tomillo
250 gr de setas variadas
1 puerro pequeño
1 cucharada de aceite de oliva
1 cucharada de mantequilla
80 gr aproximadamente de queso parmesano rallado
Preparación:
Pelamos los boniatos, los partimos por la mitad y los cortamos en rodajas finas. Llevamos a ebullición la nata (crema de leche) ácida junto con el caldo de verduras en una olla grande, salpimentamos y añadimos 3 ramas de tomillo. Quitamos la olla del fuego, echamos los boniatos y los dejamos reposar dentro del líquido con la tapa puesta.
Lavamos las setas y el puerro y los cortamos en rodajas. Quitamos las hojas de las ramas de tomillo restantes. Calentamos el aceite de oliva y la mantequilla en una sartén grande y sofreímos las setas durante 5 minutos aproximadamente. Salpimentamos y lo mezclamos con las hojas de tomillo y el puerro.
Precalentamos el horno a 190 grados.
Colocamos todo en el molde elegido, alternando una capa de boniatos con otra de la mezcla de puerros y setas. Salpimentamos, rociamos con el jugo restante de la cocción y espolvoreamos el parmesano por encima.
Metemos el molde en el horno durante 34-40 minutos (dependiendo del grosor de las rodajas de boniato). Al final encendemos la función de gratinado si te gusta que la parte superior quede dorada y crujiente.