He aquí otra receta de aprovechamiento. Enero, febrero y marzo son los meses óptimos para hacer las típicas calçotadas que, básicamente, consisten en asar a fuego muy vivo esta especie de cebolla alargada, tierna, blanca y de sabor dulce y muy sabroso. Cuando están asados se les despoja de las capas exteriores y el resto, la parte más tierna, se unta en salsa romesco. Las calçotadas son todo un acontecimiento festivo en Catalunya, motivo de reunión de familiares y amigos. Pues bien, si hacéis una calçotada en casa y os sobran calçots podéis comerlos en plan fino haciendo un hojaldre relleno de calçots y romesco. Seguro que no os decepcionará. En esta receta podemos sustituir los calçots por puerros.
RECETA
.
INGREDIENTES
Una lámina de hojaldre cuadrada
Salsa de calçots o romesco
Un huevo para pincelar
Almendra laminada o fileteada
Calçots asados a fuego vivo.
PREPARACIÓN
Precalentar el horno a 190º calor arriba y abajo
Poner la almendra en remojo unos minutos. Escurrir y secar bien con papel de cocina. Esto lo hacemos para que al hornear la almendra no se queme.
Dividir las láminas de hojaldre en seis partes, pincelar con huevo batido.
Poner la almendra por encima del hojaldre.
Hornear hasta que el hojaldre haya subido y esté dorado. Para evitar que el hojaldre baje no abrir el horno antes de tiempo.
Dejar enfriar sobre una rejilla. Cortar con cuchillo de sierra.
Untar con la salsa y luego poner los calçots por encima que puede ir enteros o troceados. Napar con algo más de salsa y cubrir con la otra mitad del hojaldre.
CONSEJO
Si no nos han sobrado calçots hechos a fuego vivo, poner algunos en una bandeja con un poco de aceite, tapar con papel de aluminio y hornear hasta que estén tiernos.