Estamos de nuevo con el reto Color y Sabor de temporada, en el que Pilar, de Postres originales nos propone dos ingredientes, una fruta y una verdura, este mes nos ha dado a elegir entre los guisantes y la chirimoya....sin dudarlo ni un segundo, me quedé con los guisantes.
Los guisantes se emplean muchas veces en guarniciones, pero se consumen también guisados, en cremas o en purés, y son los protagonistas en un plato típico de la cocina española: los guisantes con jamón.
Cuando los guisantes son frescos, hay que calcular que, una vez desgranados, quedan reducidos a un tercio de su peso.
Los guisantes se ponen a cocer cuando el agua esté hirviendo, con sal y destapados, manteniéndolos siempre cubiertos de agua para que no se suelte la piel. Si quieres que mantenga su color verde brillante, basta con añadir al agua de cocción unas gotas de limón.
Hoy en día, lo más normal es comprar los guisantes congelados o en lata. Tienes que saber que no siendo frescos, los congelados conservan mayor cantidad de vitaminas que los de lata.
Ingredientes:
400g de guisantes congelados o en conserva.
100g. de jamón serrano.
1 cebolla pequeña.
1 diente de ajo.
Perejil.
2 tomates frescos o de bote.
Romero.
Sal.
Pimienta.
Aceite de oliva virgen.
Modo de hacerlo:
Pela y trocea la cebolla y el ajo, pica el perejil, reserva.
Pela y trocea los tomates bien picados.
Calienta el aceite en una olla o sartén, rehoga la cebolla con el perejil y el ajo picado.
Cuando empiece a dorarse añade el jamón cortado en trocitos, rehoga todo junto.
Añade los tomates troceados, deja que cueza todo unos 5 minutos.
Sazona con sal, pimienta y el romero.
Añade los guisantes y una tacita de agua caliente, deja que se cuezan a fuego lento unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando con una cuchara, ten cuidado de que no se revienten, apaga el fuego y deja reposar.
Espero que te guste.