En esta ocasión hemos utilizado una macrolepiota, que medía 23 cm. de diámetro, como base de pizza.
Ingredientes:
Macrolepiotas proceras con sombrero bien extendido.
sal, pimienta y orégano.
salsa de tomate y nata (crema de leche).
calabaza.
queso gorgonzola y manchego tierno.
Las setas pueden ser peligrosas si no se conocen y, antes de cocinar y comer una seta, debemos estar bien seguros de que se trata de la especie correcta.
Limpiamos nuestras macrolepiotas y les quitamos el pie, que no se come.
Las apretamos un poco con un paño límpio o papel de cocina para quitarles un poco la humedad, las salpimentamos y las colocamos sobre papel de hornear pincelado con aceite en una fuente de horno, con las láminas hacia arriba.
Rebajamos nuestra salsa de tomate con unas cucharadas de nata (crema de leche) y ponemos una capa de esa mezcla por todo el sombrero.
Mientras tanto habremos metido en el horno unas tiras de calabaza y las habremos asado 5 minutos o hasta que estén tiernas.
Colocamos las tiras de calabaza asada sobre la macrolepiota, después unos trocitos de gorgonzola, unas láminas de queso manchego tierno que funda bien y, por último, espolvoreamos con un poquito de orégano.
Colocamos en el horno a 170 ºC y en 8 o 10 minutos tendremos lista nuestra pizza en macrolepiota.