Cada año, en varias ocasiones, nos vamos de viaje al país vecino. Cierto es que vivimos cerca de la frontera y lo tenemos relativamente fácil. Pero no menos cierto es que cuanto más voy y más contacto tengo con Portugal, más enamorada estoy de su modo de ser y de afrontar la vida. Probablemente es el lugar de la tierra en el que más en paz conmigo misma me siento, y creo que tiene mucho que ver con el carácter del pueblo portugués, siempre amable, siempre acogedor.
Si bien los buñuelos de bacalao, en general, son un plato clásico en muchos países del arco mediterráneo, en cada país se elaboran de manera diferente. Estos pastéis o bolinhos de bacalhau llevan como ingrediente base las patatas cocidas, y de este modo, se convierten en un modo económico, rápido y sencillo de preparar los buñuelos. La primera receta oficial de los pastéis de bacalhau data de 1904 y aparecía en un libro titulado Tratado de Cozinha e Copa de Carlos Bandeira de Melo, un oficial del ejército portugués. Con el tiempo, se han convertido en uno de los petiscos estrella de la gastronomía portuguesa y, así, es posible degustarlos en muchos bares o restaurantes para acompañar una cerveza, a modo tapa.
En mi casa, son un favorito, especialmente de los niños... Tengo que reconocer que aunque sea una receta más laboriosa que otras, no son complicados de preparar, y además son perfectos para el táper, ya que están aún más ricos cuando ya están templados o fríos y han tenido tiempo de asentarse los sabores.
Pastéis de bacalhau
Ingredientes
300 g de patata {cocida y fría}.
250 g de bacalao {desalado y cocido}.
50 g de cebolla.
1 diente de ajo.
perejil fresco picado.
sal.
pimienta negra molida.
2 huevos {separadas claras y yemas}.
aceite para freír.
Preparación:
1. Aplastamos las patatas muy bien, con ayuda de un tenedor. Ponemos en un bol.
2. Deshacemos el bacalao con los dedos, desmigándolo, y retirando cualquier trocito de piel o espinas. Añadimos el bacalao a las patatas.
3. Picamos el ajo y la cebolla muy menuditos. También picamos muy bien el perejil. Añadimos al bol.
4. Añadimos al bol las 2 yemas de huevo, unas arenitas de sal {con moderación porque el bacalao es ligeramente salado} y una pizca de pimienta negra molida. Mezclamos todo muy bien con ayuda de un tenedor o una cuchara de madera.
5. Montamos las dos claras a punto de nieve con unas varillas. Las incorporamos en tres partes a la masa de patata y bacalao, despacio, para que quede la masa esponjosa.
6. Calentamos el aceite.
7. Vamos cogiendo porciones de masa con una cuchara y les vamos dando forma con ayuda de otra cuchara, pasando la masa de una a otra, para que quede ovalada, como si fuesen unas croquetitas.
8. Ponemos directamente en el aceite caliente desde la cuchara las porciones de masa y las freímos hasta que estén doraditas por todos lados. Sacamos del aceite a un papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
9. Podemos servir acompañado de un poco de salsa tártara y una ensalada verde, al gusto.