Y es que estaba por no publicarla de lo fácil y poca complicación que tiene. Vamos, de esas que dices: ¡¡Pero si esto no tiene nada!!
Aunque por otro lado, mira que gustan las recetas así, ¿verdad?
Que en un momento te has montado un plato y casi casi ni te has ensuciado las manos.
Pues la autora de esta receta es de nuevo, cómo no, mi madre.
Ella sí que es un auténtico libro de recetas andante, como tantas madres, repleta de infinitas preparaciones a cual más rica, y que nosotros, como buenos hijos, intentamos reproducir a la perfección que nunca salen igual.
Pues bueno, este picadillo se ha hecho toda la vida en mi casa. Pero claro, ni sabía limpiar un pulpo y menos aún me había aventurado a comprarlo entero. Hubiese sido gracioso verme con el pulpo en la cocina sin saber por dónde cogerlo o qué hacer.
Así que el otro día en el supermercado ví que vendían envasadas y cocidas patas de pulpo, en concreto tres venían en cada paquete.
¡Esto ya es otra cosa!
Y efectivamente, no me supuso tanto trabajo limpiarlas.
Así que ya sabéis, si no sois muy diestros en eso de limpiar pescados o mariscos, os recomiendo que optéis por este tipo de preparación. Os ahorraréis trabajo y no os privaréis, como he hecho yo hasta hora, de preparar platos de este tipo.
Ingredientes:
250-300 gr. de pulpo cocido
3 dientes de ajo
Sal
Pimentón picante
Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Limpiamos y lavamos bien las patas del pulpo. Cortamos con tijeras de cocina y servimos en el plato. A continuación, pelamos y troceamos los ajos y añadimos al plato. Echamos sal, pimentón picante y un chorro de aceite de oliva. Removemos y servimos.