En mi casa normalmente la pizza toca el fin de semana, casi siempre el sábado a la noche. Es una cosa de la que nunca nos cansamos y en la que poco variamos, la verdad.
Hace unas semanas, en uno de mis días de comida en soledad, se me antojo y me puse a prepararla. Hice una masa rapidita y le puse lo que tenía por casa; quedó riquísima. Lo que sobró lo recalentamos a la noche, aunque si os digo la verdad, a mi me encanta la pizza fría.
INGREDIENTES:
200 gr. de harina
4 gr. de sal
1 cucharadita de levadura seca de panadería
2 cucharadas de aceite de oliva
100 ml. de agua
lonchas de jamón serrano
tomates cherrys
orégano
queso
PREPARACIÓN:
Mezclar la harina con la sal y levadura en un cuenco. Hacer un volcan y poner en el centro el aceite y el agua. Mezclar los ingredientes y amasar hasta que esté homogénea. Ponerla en un bol untado en aceite, taparla con film y dejarla levar hasta que doble volumen.
Extenderla en la bandeja de la pizza y poner los cherrys en trocitos por encima, el serrano y el queso, todo troceado. Espolvorear con orégano.
Precalentar el horno a 220º y cocer la pizza unos 15 minutos hasta que esté doradita.
Hasta la próxima!