Para mi es importante, sobre todo si son las recetas a las que mi madre me tenia acostumbrada, las que ella me transmitió.
Procuro por todos los medios seguir hasta sus más nimios consejos, su estilo y su forma de prepararlos; adoro todo aquello que me la recuerda, los olores y los sabores que cerrando los ojos automáticamente me trasladan a su lado. Este potaje aunque lo voy a considerar como tipico malagueño, es un plato realmente de la gastronomia española, tan generalizado por todo nuestra geografia que no he podido averiguar su procedencia; sencillo, humilde, pero no exento de caracter; todo potaje digno de un buen comensal.......
Para prepararlo:
Poner los garbanzos y las habichuelas blancas en remojo, en agua con un puñado de sal, la noche anterior.
En una olla con agua templada, echar los garbanzos y las habichuelas (escurriéndoles bien el agua del remojo).
Añadir un buen chorreón de aceite de oliva virgen, una cabeza de ajos asada (al fuego), un tomate maduro y un pimiento verde abiertos por la mitad, media cebolla, azafrán (o en su defecto colorante alimentario) y salar al gusto.
LLevar a ebullición a fuego lento hasta que los garbanzos y las hibichuelas estén tiernos. Mientras cortar en trozos las acelgas (inclusive las pencas, no sólo las hojas).
Agregar al potaje patatas cortadas a cascos, las acelgas y un puñadito de arroz.
Dejar cocer hasta que las verduras estén en su punto, con cuidado de que el arroz no se pase. Dejar reposar unos minutos.
Como habrán podido apreciar este potaje no lleva nada de carne ni derivados, totalmente vegetariano; no obstante, admite por ejemplo trozos de bacalao (desalado previamente), o si gustan unos buenos trozos de chorizo y morcilla.
Un buen vino de la tierra y disfruten de los dias otoñales, frios, ventosos o lluviosos; o por qué no un buen dia de sol.
Como decía mi madre: Al calor: calor.
Buen provecho.