Se trata de un potaje muy sencillo pero que resulta con un muy agradable sabor a frijol y a comino. En Cuba suele comerse el primer día como potaje con el caldo y el segundo se comen los frijoles que quedan, más secos, acompañados de arroz blanco.
Ingredientes:
500 gr. de frijoles negros.
1 cebolla grande.
1 pimiento rojo.
2 ajos.
2 cucharadas de manteca de cerdo.
2 hojas de laurel.
1 cucharilla de comino.
sal y pimienta en grano.
Ponemos los frijoles en remojo, entre 8 y 12 horas antes de cocinarlos, hasta que estén bien rehidratados.
Introducimos los frijoles ya rehidratados en una cazuela, salamos ligeramente, añadimos unos 10 granos de pimienta y 2 hojas de laurel y cubrimos con agua. Lo ponemos a fuego medio hasta que comience a hervir y luego bajamos el fuego. Debe cocer muy suave, solo lo suficiente para mantener la cocción, durante 2 horas.
Mientras cuecen nuestros frijoles, ponemos una sartén al fuego con la manteca y hacemos un sofrito con el ajo, la cebolla y el pimiento. Se debe intentar dejar el pimiento algo más grande que lo demás al cortarlo. Salpimentamos ligeramente y sofreímos todo bien hasta que esté a nuestro gusto. Reservamos hasta que los frijoles estén tiernos.
Pasadas las dos horas de cocción de los frijoles, nos cercioramos de que están tiernos, y añadimos a la cazuela el sofrito y una cucharilla de comino molido. Dejamos cocer todo junto 10 minutos más para que se integren bien todos los sabores y ya está listo nuestro potaje de frijoles negros.
Si se quiere conseguir un resultado más ligero o vegetariano, solo hay que sustituir la manteca de cerdo por aceite de oliva.
Solo dos consejillos que debéis tener en cuenta para que queden sensacionales en vez de buenos; cuidad de que se cocinen suave y lentamente y tened la precaución de dejarlos asentar en la cazuela antes de servirlos al menos 5 minutos.