Origen del yogurt
Aunque su origen es muy antiguo, es en el siglo XX cuando se convirtió en un producto enormemente popular. Por un lado, gracias al descubrimiento de la bacteria responsable de la fermentación láctea y por otro lado gracias a la divulgación científica a nivel popular que hizo el biólogo ruso Mechnikov (premio Nobel en 1908).
Propiedades nutricionales y beneficios
El yogur tiene efectos muy positivos en el sistema digestivo (flora intestinal) gracias a la presencia de estas bacterias que comentábamos anteriormente. Nos protegen de infecciones y enfermedades pues bloquean la acción de otras bacterias patógenas, además de ayudar a retrasar los procesos de envejecimiento del organismo. También minimiza los efectos negativos de los antibióticos. Se asocia el consumo de yogur con menor peso y grasa corporal.
Por supuesto, el yogurt, como derivado lácteo que es, supone una fuente de proteínas de alto valor biológico, vitaminas (sobre todo B) y de minerales entre los que destaca el calcio, fosforo magnesio y zinc.
En cuanto a la grasa que pueda contener, depende de la variedad porque si elegimos un yogur desnatado, reducimos la ingesta de calorías y grasa en más de la mitad. Por el contrario, las variedades de yogur griego, al añadir nata en su elaboración, resultarán más calóricos.
Es importante remarcar que el yogur sí es apto para las personas con intolerancia a la lactosa, ya que ésta ha fermentado durante el proceso de su elaboración.
En el mercado encontraremos muchos tipos de yogur, desde los desnatados (conservan todos los beneficios del yogur, sólo que con menor contenido en grasa) hasta los líquidos, con frutas, cremosos y con extra de bacterias beneficiosas como el bifidus activo y el L casei immunitas.
Usos del yogur en la cocina
El yogur es un alimento muy versátil al momento de utilizarlo en la elaboración de alimentos, cuando logramos realizar una buena combinación con el no habrá paladar que se resista a los platos que lo contengan.
Es muy habitual consumir yogur como postre, en el desayuno o en la merienda, bien sea solo o acompañado de frutos secos, miel, cereales, etc. Pero más allá de esta opción, encontramos el yogur en muchas preparaciones culinarias. Es un delicioso ingrediente para la elaboración de un sinfín de salsas, el yogur es ideal para ligar los sabores de especias, hierbas y otras salsas como mayonesa, mostaza y otras y para aliñar o sazonar ensaladas, pescados, carnes y verduras, etc.
Por supuesto, en repostería, utilizamos yogur para elaborar tartas, bizcochos, helados, galletas y un larguísimo número de alimentos. Un consejo práctico, sacar de la nevera con antelación el yogur que vayáis a utilizar para cocinar y a la hora de incorporarlo en las preparaciones, se ha de remover suavemente (para que conserve su consistencia y densidad).