¡¡Muy buenas a tod@s!!
¿Qué tal el veranito???
A mi se me hace cada año más largo y es que el calor lo condiciona todo irremediablemente. Lo que mejor se me ha dado, básicamente, es hacer lo menos posible. Prometo que cada verano me hago un montón de propósitos, entre ellos el de experimentar cosas nuevas en la cocina, pero francamente, lo único que he experimentado es un calor infernal. Por eso muchas recetas que me apetecía hacer han quedado a la espera de tiempos mejores, y septiembre de momento se está portando bien, así que a mi horno también se le han acabado las vacaciones.
Esta primera receta de la nueva temporada digamos que no es muy ligera, pero te la van a quitar de las manos cuando la saques a la mesa. Para repartir las culpas, por aquello de las calorías, es una buena idea hacerla cuando tengas invitados, así te aseguras de comer sólo un trocito y santas pascuas.
Bueno, pues toma nota de los ingredientes y espero que te guste!
Ingredientes:
- 1 lámina de masa quebrada
- 3 huevos
- 1 lata de atún en aceite (120 gr.)
- 1 lata de pimiento morrón (80 gr.)
- 100 gr. de tomate frito
- 100 gr. de nata (crema de leche) para cocinar
- 100 gr. de queso rallado
- perejil fresco
- una pizca de sal
- aceite o mantequilla para engrasar el molde
Elaboración:
Calentamos el horno a 200ºC
1. Engrasamos un molde de horno con aceite o mantequilla, extendemos la masa quebrada pinchando el fondo para que no suba demasiado en el horno y lo metemos durante 12 o 15 minutos. Lo sacamos y dejamos que se temple un poco mientras preparamos el relleno. Si utilizas un molde de silicona no hará falta engrasarlo.
2. Batimos 3 huevos con una pizca de sal y añadimos el atún desmigado escurrido del aceite lo más que podamos.
3. Incorporamos el pimiento rojo troceado y el tomate frito.
4. Agregamos la nata (crema de leche) líquida , el perejil fresco picado y el queso rallado. Removemos todo bien y rellenamos la masa quebrada.
Bajamos el horno a 180ºC con aire, y metemos la quiche 30 minutos. Pinchamos el centro y si parece que está todavía un poco líquida la dejamos unos minutos más hasta que esté totalmente cuajada. En mi horno siempre necesita 40 minutos, pero ya sabes que cada horno es de su padre y de su madre.
Se puede comer tanto fría como caliente, así que otra ventaja es que la puedes dejar hecha con antelación y llevarla al trabajo, por ejemplo.
¿A que te apetece un trocito?
¡¡Nos vemos como siempre la próxima semana!!
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