Son una comida completa, ya que en una sola preparación tenemos hidratos de carbono, vegetales y proteínas. Definitivamente un tres en uno muy resultón!!!
Esta receta que he ido desarrollando y perfeccionando, no tiene ninguna complicación. En 45 minutos tenemos un plato listo para un almuerzo o cena. La masa se prepara muy rápido y no requiere refrigeración previa antes de ir al horno.
Y cuando la nevera está en estado crítico y solo quedan retales de vegetales y quesos; una quiche de lo que queda en la nevera, es la salvación. Se convierte en comida de aprovechamiento y salva vidas al mismo tiempo.
Yo las hago de pimientos asados, ajoporro o puerro y queso. La que les traigo hoy, de espinacas y ricotta. De brocoli y cebolla o cebollín largo. De acelgas con kale, tomates y ajo. De verdad que las combinaciones son infinitas.
Esta receta no lleva harina blanca para la masa, sino una combinación de harina de trigo 100% integral, harina casera de avena y semillas de linaza o lino. Tampoco lleva grandes cantidades de grasa; solamente un poco de aceite de oliva o aceite de soya o girasol. El relleno no lleva crema, sino huevo batido y queso para formar esa capa dorada y fundida en la superficie. Así que tenemos una quiche mucho mas saludable, con mas fibra e infinitamente menor cantidad de grasa que las recetas tradicionales.
-Precalentar el horno a 175 ºC
-Lavar muy bien las hojas de espinaca y de albahaca. Cortarlas en chiffonade o tiras finitas. Cortar la cebolla en cuadritos pequeños y el ajo triturarlo un poco en un mortero con un poco de sal. Llevar a una sarten ligeramente engrasada, la cebolla y el ajo. Una vez estén transparentes, incorporar las hojas verdes, la sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Cuando todo esté dormido, agregar un poquito de agua, tapar la sarten y dejar a fuego bajo que se poche todo muy bien. Cocinar por unos 15 minutos.
-En un bowl cenir las harinas ya pesadas y mezclarlas. Añadir las semillas de linaza y un poco de sal. Mezclar y hacer un pequeño hoyo en el centro. Calentar el agua hasta que esté bien tibia e incorporarla en el centro de la harina; igualmente agregar el aceite. Con una espátula mezclar todo e ir mezclando poco a poco. Cuando ya tenga textura de masa, amasar ligeramente con la manos hasta formar una bola.
Engrasar ligermente un molde de tartaleta de aproximadamente 20 cm de diametro y enharinar el fondo del mismo. (igual que como se hace para una torta). Colocar la bola de masa en el centro y con ayuda de los dedos y la palma de la manos, ir cubriendo de manera pareja la base del molde y la mitad de las paredes del mismo. Una vez forrado el molde, llevarlo al horno hasta que la masa se cocine un poco, esté firme y ligeramente dorada.
Sacar el molde del horno. En un bowl colocar el relleno de espicaca y mezclarlo con la ricotta. Batir los huevos y condimentarlos con sal y pimienta y añadirlos a la mezcla anterior. Unir todo bien y verterlo sobre la masa de tarta.
Rallar un poco de queso mozzarella y colocarlo en el centro de la quiche. Llevar nuevamente al horno hasta que el queso esté derretido, dorado y el huevo se haya cocido.
Sacar la quiche del horno, esperar unos minutos a que baje la temperatura y desmoldar.
Una quiche rústica, super saludable, fácil y muy resultona.