Si te apetece darle un toque carnívoro a un pisto, los ingredientes que necesitas son:
300 g de carne de paleta de cerdo
6 tomates maduros
2 pimientos verdes
2 berenjenas
1 calabacín
1 cebolla
1 diente de ajo
200 ml de vino blanco
300 ml de salsa de tomate
Pimienta molida
Sal
Aceite de oliva Ponemos a calentar un poco de aceite en una cacerola. Salpimentamos la carne, cortada en trozos pequeños, y la marcamos un poco durante unos minutos con el diente de ajo también picado. Cuando esté un poco hecha por todos lados, retiramos y reservamos.
Pelamos y picamos la cebolla. Añadimos a la cacerola con una pizca de sal y dejamos que se haga bien, removiendo de vez en cuando y cuidando que no se queme. Si vemos que se empieza a ennegrecer, apartamos un poco y bajamos el fuego.
Lavamos las verduras y las cortamos en dados medianos. Cuando la cebolla esté dorada, echamos el pimiento verde y lo rehogamos bien. Pasado un par de minutos añadimos el calabacín y las berenjenas.
Regamos con el vino blanco y subimos un poco el fuego para que el alcohol se evapore. Cuando no huela a vino ponemos los tomates, removiendo todo muy bien para que se mezclen los ingredientes. Vertemos la salsa de tomate y probamos de sazón, rectificando a nuestro gusto.
Dejamos que se cocine todo a fuego medio, con la cazuela tapada, durante 45 minutos. Cuando haya pasado media hora incorporamos la carne reservada y destapamos. Si notamos que está aún muy líquido el pisto, subimos un poco el fuego, pero cuidando de que no se agarre el fondo.
Pasado el tiempo podemos llevar directamente a la mesa. Aunque es mejor si lo dejamos reposar de un día para otro. Está delicioso con huevos, arroz cocido o sencillamente tal cual.
¿A qué esperas? ¡Busca en la nevera, que seguro que lo tienes todo (o casi) para preparar esta receta!