La sopa de farigola (sopa de tomillo) va ligada a la gastronomía típica de Cataluña. Sus principales ingredientes son el tomillo, ajo, pan seco, agua y sal. Es una sopa tan básica y tan antigua como lo puede ser la sopa de ajo, la sopa torrada, la sopa castellana o la sopa torrada. Todas parecidas y a la vez distintas, con algunas variaciones que las hacen únicas.
A lo largo del tiempo, y dependiendo de si era época de abundancia o no, se iba modificando el plato. De ese modo además de los ingredientes básicos, se le añadía aceite de oliva, huevo, o una picada de almendras.
La sopa de farigola (o tomillo) de mi casa.-
Tengo que recalcar que la versión más antigua que yo conozco es la de una sopa de pan "escaldada" con agua de tomillo, es decir que no iba hervida conjuntamente con el pan.
Su elaboración es muy sencilla. Dorar los ajos en aceite de oliva, Añadir agua, sal, y una rama de tomillo. Hervir el agua unos dos minutos y apagar el fuego. A continuación se tapa la olla para que termine de infusionar al calor.
Se trocea el pan (siempre del día anterior), a lascas finas, y se coloca en el fondo del plato. Se añade la yema de huevo cruda, por esa razón el huevo debe ser muy fresco, o la picada de almendras.
Retirar la rama de tomillo de la olla. Se vuelve a calentar el caldo hasta el punto de ebullición, y se echa directamente sobre el pan. Cuando el pan se empape del caldo ya estará la sopa lista para comer.
Las sopas "escaldadas" se hacían con frecuencia para aprovechar el caldo resultante de hervir legumbres o verduras. Aquí podéis ver la sopa de verdinas con el pan escaldado.
La versión de sopa de farigola que muestro en las fotografías se diferencia de la de mi casa en que en una va con el pan escaldado y la otra se bate el pan conjuntamente con el caldo. También se diferencian en que en una infusiono el tomillo y en la otra lo hiervo.
Ingredientes para 4 personas
12 rebanadas de pan (de barra de 1/2 k) muy finas
4 0 5 ramas de tomillo
2 dientes de ajo
35 g de almendras crudas
4 huevos muy frescos
1 l de agua
Aceite de oliva
Sal
Cortar los ajos a láminas y dorar ligeramente, junto con el tomillo, en una cazuela con cuatro cucharadas colmadas de aceite de oliva. Retirar del fuego apenas veáis que los ajos cogen color. Es mejor hacer este paso con el fuego muy bajito porque ninguno de los dos ingredientes se pueden tostar más de lo necesario y mucho menos quemar.
Retirar el ajo. Dejar que el aceite se temple antes de echar el agua.
Verter el agua en la cazuela. Cuando hierba, introducir el tomillo. Apagar el fuego y tapar la olla para que infusione durante cinco minutos.
En este caso no he dejado que el agua con el tomillo hierba para obtener un sabor más suave.
A continuación cortar el pan. Si no es del día anterior lo podéis tostar un poco. Si la corteza del pan está muy cocida usad solo la miga, sino no se disolverá bien en el caldo.
Retirar el tomillo de la olla. Condimentar con sal. Introducir el pan para que se empape del caldo.
Poner la olla a calentar de nuevo, a fuego suave. Mientras el agua va tomando temperatura, batir sin parar con un batidor de varillas para que el pan se vaya deshaciendo y la sopa espesando.
No hay más norma que la propia para la textura de la sopa. Depende del gusto de cada cual. Puede ser muy fina o con pequeños tropezones de pan.
Escaldar las almendras para quitarles la piel. Esto es, hervir agua e introducir las almendras. Transcurridos diez minutos, la piel se desprenderá de la semilla con solo tirar de ella.
Picar las almendras.
Separar las yemas de las claras.
Colocar una yema en cada plato, más un puñadito de almendras picadas. Verted por encima la sopa de pan y tomillo hirviendo.
Servir inmediatamente.
Una sopa muy sencilla y reconfortante, para estos días tan frios, que espero os guste.