Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
Yo de nuevo he estado trabajando en el blog para que al final no llegara a ningún lado y le haya quitado varios años de vida a mi padre.
Así que de momento me voy a quedar quietecita que casi pensaba que había perdido el blog, cinco años que pensaba que habían ido a la basura.
Hoy os invito a esta bonita historia donde me convierto en la reina de posponer las cosas. Desde navidades llevaba posponiendo ir a graduarme la vista así que cuando comenzó el confinamiento aquí una no tenía lentillas. Las podía pedir por internet, pero quería seguir "fiel" a mi óptica y las gafas no son una opción ya que como no tengo nariz se me caen y al final me paso el día tocándome la cara. Al final las pude comprar a mi óptica y no hubo problema.
Pues lo mismo me ha pasado con este cheesecake. Llevo un montón de tiempo diciendo que en la próxima compra me iba a comprar un molde de 15 cm, pues llegó el confinamiento y yo seguía con mi molde gigante, pero con un antojo de cheesecake increíble.
Y encima mi hermana y yo vivimos solas así que nos hemos hinchado a cheesecake, pero ha merecido la pena. La receta la he adaptado de la del libro Repostería Vegana de Delantal de Alces. Aunque ya no publiquen recetas nuevas os recomiendo mucho el blog ya que tienen muchas recetas tanto dulces como saladas.
Ingredientes para la base (molde de 26 cm)
240 g de harina
80 g de margarina
115 g de azúcar
30 g de cacao
30 g de agua
10 g de levadura en polvo
sal
Ingredientes para el relleno
900 g de yogur de soja sin azucarar
70 g de margarina
160 g de azúcar
100 g de bebida vegetal de almendras sin azúcar
20 g de maizena
Esencia de vainilla
Precalentamos el horno a 180º.
Lo primero que prepararemos será la base.
En un bol mezclamos todos los ingredientes y amasamos hasta tener una masa que no se nos pegue en las manos.
Extendemos en una superficie ligeramente enharinada y cubrimos nuestro molde. Reservamos.
Fundimos la margarina del relleno.
Batimos el yogur junto al azúcar y a la esencia de vainilla.
Añadimos la margarina.
Disolvemos la maizena en la bebida vegetal y añadimos a la mezcla.
Batimos con cuidado de que no nos queden grumos. Si nos queda alguno siempre podemos pasar la mezcla por la batidora.
Vertemos la mezcla en nuestro molde.
Hornemos 50-60 minutos hasta que esté dorada. Pinchamos y si el palillo sale limpio sacamos del horno. Es normal que al moverla la masa "baile".
Dejamos enfriar antes de desmoldar.
Decoramos con la mermelada que prefiramos.
Conservamos en la nevera.
Feliz semana :)