Un tartar es un plato donde se sirve algún tipo de pescado o de carne crudo aderezado con salsas y condimentos al gusto. Se puede pensar que es un plato japonés por aquello de servir los ingredientes sin que medie cocción alguna, pero es europeo. Hay quien piensa que viene de los tártaros, aunque parece que el origen de su nombre se debe más bien a la salsa tártara que se ha usado a menudo como condimento.
Sea como fuere, y aunque en casa somos muy de guisotes y comidas caseras, también nos encanta experimentar y, empezando por lo japonés y terminando por estas otras variantes, vease sushi, sashimi, carpaccio, tataki o tartar, en familia nos encanta comer "crudo". Tenéis que ver a mi peque de cuatro años cuando alguna vez preparamos el sushi. Nosotros que pensábamos que a los niños este tipo de platos no les gustaban y ella siempre pide y le encanta.
En fin, hoy quería traer este tartar de salmón, que nos arregla una cenita en un momentito y que sale estupendo de verdad, sabrosísimo, sano y, para las fechas que entran, muy muy fresquito. A mi me pasa que se me apetece siempre. Me encanta el contraste de sabores que llena la cavidad de la boca y si por mí fuera, por lo menos dos veces en semana lo prepararía. Este y el de atún, muy parecido e igual de bueno.
¿Qué vamos a usar?
Un filete de salmón fresco. Para evitar el anisakis, lo compraremos fresco y lo congelaremos, sacándolo unas horas antes de usarlo. Esto garantiza que se elimina cualquier riesgo de contagio.
Un aguacate.
Un tomate.
Una cebolla fresca.
Cebollino.
Soja (seis cucharadas).
Miel de caña (una cucharada).El procedimiento es sencillo ya que su naturaleza es parecida a la de una ensalada. Comenzaremos cortando en cuadradillos pequeños el tomate, el salmón y el aguacate.
Preparamos una vinagreta con la miel de caña y la soja y ponemos a macerar el salmón cortado durante 10 minutos, mientras vas cortando el resto de los ingredientes.
Una vez pasado este tiempo, emplatamos haciendo capas consecutivas de tomate, cebolla y salmón que se condimenta con un pellizco de cebollino picado. Y voilà! Un plato fresco pero apetitoso, para comer con tenedor o palillos. ¿Te atreves o eres de los que si no pasa por la sartén no llega a tu estómago? Mira que pinta.