Bueno, os tengo que confesar que estoy intentando cuidar mi alimentación, y hacer una semi-dieta sin llegar a obsesionarme (si no lo dejo rápido), es por ello que veréis más de una receta sanota, pero no por ello menos deliciosa.
La de hoy es una de esas que la verdad es un gustazo, super sana, y muy sabrosa os lo aseguro.
Además no tiene absolutamente ninguna complicación.
Vamos a por ella.
INGREDIENTES:
2 huevos.
1 puerro.
Un puñado de setas (yo las utilizo de las variadas que vienen en bolsas congeladas).
2 dientes de ajo.
1/2 vaso de agua.
Aceite de oliva virgen.
Sal.
ELABORACIÓN:
Empezaremos pelando y partiendo los ajos en rodajas finas.
Ponemos un poco de aceite en una sartén, bien caliente, y añadimos los ajos sin dejar de remover para que no se quemen, hasta que estén ligeramente tostados.
Añadiremos después las setas, también partidas en trozos pequeños, freiremos con fuego vivo hasta que tomen un color tostado.
El puerro lo partimos longitudinalmente y lo pasamos por agua para quitar los posibles restos de arena, después lo partiremos en rodajas. Lo añadimos al ajo y las setas.
Removemos un minutos y añadimos el baso de agua. Dejaremos que vaya cociendo, hasta que el agua se haya evaporado y todo el conjunto quede tostado.
Retiramos del fuego y reservamos.
En un plato batiremos los dos huevos. Añadimos la mezcla de puerro y setas y mezclamos.
En una sartén pequeña y antiadherente, ponemos un poco de aceite y a fuego medio alto. Echamos la mezcla anterior, y dejaremos que por un lado el huevo esté cuajado, le daremos la vuelta (con un plato o con una espátula, dependerá de vuestra destreza), y dejaremos que cuaje por el otro lado.
Y ya tenemos una comida o cena perfecta.
Y esto es todo por hoy, si queréis saber más de mi me encontraréis en las redes sociales:
Un beso enorme a todas/os.
Fuente: este post proviene de Cocina de una bancaria estresada, donde puedes consultar el contenido original.
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