Se dice de Agosto que contiene cuatro eses: Sequía, Sudor, Sed y Siesta……
Aunque para mi tiene muchas más, quizás si lo pensamos detenidamente contiene todo el abecedario: Mar, descanso, gastronomía, amigos, familia, diversión, lectura, paisajes…….vacaciones.
Y “Mi Cocina” ya a vuelta, después de éste parón (en siete años es la primera vez que dejo de publicar durante casi un mes), debo reconocer que he disfrutado de todo lo que significa cada una de ésas palabras….
Me encanta Agosto, de siempre vino a significar para mí “vacaciones” desde que tengo uso de razón. Agosto era “Sagrado”, como bien indica su nombre ¿Sabía que Agosto viene del latín “augustus” que traducido significa “Sagrado”?..... aunque su raíz la tiene en el verbo augure y viene a decirnos: hacer crecer, incrementar…..
Agosto crece, se incrementa “augurándonos” un largo verano, es la puerta a un Septiembre joven, energético, lleno de promesas y buenos augurios, donde todo vuelve a renacer y se comienza nuevamente, se vuelve a empezar a pesar de que nos intenta recordar que el verano se acaba, mostrándonos la languidez propia de los últimos días veraniegos, indicándonos que pronto se asomará el dorado otoño a través de un telón de tardes colores ocres.
Se va yendo el verano….aunque aquí, en Málaga, sigue haciendo calor; nos queda ése famoso “Veranillo de los Membrillos” del mes de Septiembre, en el que volvemos a la rutina después de éstos días sin publicar, sin escribir…aunque no he dejado de cocinar.
Vuelvo a “Mi Cocina” virtual después de éste largo, caluroso, tranquilo y a la vez maravilloso mes de Agosto, que me ha regalado grandes emociones, todas ellas vividas con ilusión. Aunque algunas de ellas duras y dolorosas.
Recuerdos algunos imborrables en mi memoria, que con el paso del tiempo quedarán aparcadas para poder escribirlos sintiendo todo el olor de los momentos que han ido formando mis días.
Siempre junto a él, ésa persona que admiro y quiero….dias junto a la mar, sentados en la misma orilla de la mar, arropados por los vientos de levante y poniente, de terral, sumergida en aguas transparentes, acompañados por las olas que susurran y golpean los roqueos y chinorros del rebalaje; quedarán mis recuerdos llenos de colores del cielo, de la mar, de sentarme al sol y pensar que todo es efímero menos el latido de la naturaleza, pensando que el tiempo pasa….que lo que se vive en ése momento ya pasó….y no vuelve, pero queda en mi corazón, en mi memoria.
El Sol ya empieza a perder fuerza y el viento de los últimos días de Agosto marca el final de mis vacaciones, del verano y me acerca al tiempo del reencuentro con “Mi cocina”. De volver a volver.
Y nuevamente aquí me tienen, con muchas, muchísimas recetas pendientes de publicar. Se me ha acumulado el trabajo quizás más de la cuenta, la primera vez en siete años que he dejado “aparcado” el blog tantos, tantísimos días…..espero me disculpen por ello.
Quiero comenzar con recetas llenas de color y sabor…..como si renaciera la primavera….abriendo la imaginación y agarrándome fuerte al verano que nunca se va de mi tierra.
Hoy, les animo a probar una original versión del ajo blanco, tan tradicional, tan malagueño y que renace y se reinventa con nuevos sabores…..que las grandes imaginaciones de nuevos cocineros lo modernizan, le dan nuevas tendencias añadiéndoles fruta….Iré publicando como hice el resto.....
En ésta ocasión las cantidades van para tres personas,por lo que es fácil si es para más comensales calcular las cantidades, más o menos, con una simple "regla de tres".
Y la receta que explico a continuación es la versión de melón y jamón.
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para tres personas:
75 grms.de almendras crudas, una rodaja de melón piel de sapo, un diente de ajo, dos cucharadas soperas de vinagre de vino, cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño), sal, dos rebanadas de pan asentado (del día anterior y sólo la miga), agua fría y taquitos de jamón serrano (he usado un paquete que venden ya preparado en una gran superficie).
Los pasos a seguir:
Remojar la miga de pan con agua. (Aunque el ajo blanco tradicional es una sopa clara, no muy espesa, en ésta ocasión es para comer con cuchara, por lo que la densidad debe ser algo mayor y no añadir demasiada agua al pan…..recuerden que el melón ya la contiene).
Mientras, calentar agua en una cacerolita, echar las almendras y llevar a ebullición, manteniendo en el fuego durante tres o cuatro minutos.
Escurrir bien las almendras, dejarlas enfriar y pelarlas; colocarlas en un papel absorbente.
Cortar el melón en trozos pequeños, reservando algunos trocitos para adornar.
Echar en el vaso de la batidora (o cualquier robot de cocina que triture), la miga de pan, el ajo (quitándole previamente la raíz), las almendras, los trozos de melón, un pellizco de sal y el vinagre, triturando a máxima potencia hasta conseguir una textura fina y de consistencia espesa.
En ése momento agregar el aceite poco a poco y emulsionar a velocidad alta.
Una vez ligados todos los ingredientes, probar y rectificar hasta obtener el sabor deseado…
Dejar la masa en el frigorífico si lo quieren tomar muy frio….y al emplatar adornar con trozos de melón y jamón…..
¡¡ Buen provecho y ya saben mi consejo de siempre....disfruten Málaga !!