El paso del tiempo llena de nostalgia muchos de nuestros recuerdos pasados.
En sus calles parece que el tiempo se ha detenido, un lugar donde es posible sentir el latido de sus orígenes paseando por sus escarpadas y estrechas calles; un pueblo cuyas casas simulan la épica de las famosas casas colgantes conquenses, que han ido conquistando la montaña desde el mismo lecho del rio que las abraza. Desde sus azoteas, espacios excepcionales, se puede contemplar el blanco y la armonía de ALMACHAR, un pueblo blanco malagueño, de gran sencillez, pero que puede competir incluso con el propio paraíso.
Fue allí, en el año 1909 donde nació Manuel España Lobo un industrial adelantado a su tiempo, aunque su labor más importante y que dejó huella en la provincia de Málaga, fue difundir su pasión por la cultura malagueña y propagar todo lo malagueño a través de su trabajo, siendo el primer corresponsal de Televisión Española en la provincia de Málaga, ayudando al despegue de su tierra a nivel cultural y turístico cuando comenzaba el boom de la Costa del Sol, de Málaga, a nivel no solo nacional, sino mundial.
Llegar hasta Almachar desde la capital malagueña o desde cualquier pueblo cercano por carretera en los años sesenta era una gran odisea, por lo que D. Manuel España, convencido de la necesidad de conectar su pueblo, Almáchar con el vecino Moclinejo invitó a todas las autoridades de la provincia, allá en el año 1968 a visitar la zona organizando una fiesta, dando a degustar la gastronomía local, entre cuyos platos típicos, el más significativo era y es el ajo blanco.
Fue así como surgió el Dia del Ajoblanco, la más veterana de las fiestas gastronómicas de la comarca más oriental de la provincia que hoy en día se sigue celebrando todos los primeros de Septiembre.
Esta festividad es un gran reclamo turístico para este pequeño municipio del interior de la Axarquía, cuya mayoría de vecinos viven fundamentalmente del cultivo de las vides de uva moscatel. Declarada como interés turístico nacional de Andaludia y de singularidad turística de la provincia de Málaga, se sirven litros y litros de ésta sopa fría elaborada a base de almendras molidas ((en tiempos de escasez, como en la posguerra, se ha venido usando en ciertas zonas harina de habas secas PINCHANDO AQUI encontrarán la receta),
ajo, agua, aceite de oliva, sal y a veces vinagre. Se suele tomar acompañado de uvas o trocitos de melón.
E incluso en otras zonas de la provincia, donde los pinos piñoneros son los reyes de sus montañas y sierras, se prepara en vez de con almendras, con piñones. (Pinchando en ESTE enlace tienen igualmente la receta)
¿O por qué no combinar los dos frutos secos reyes del campo malagueño? Almendras y piñones AQUI encuentran la receta
El ajo blanco podía haber tenido su origen en la gastronomía romana. Sus ingredientes son muy comunes a los que abastecían a la sociedad en la Antigüedad. Lo que explicaría también por qué se ha popularizado en estas zonas de la Península Ibérica, ya que los romanos construyeron sus posiciones más importantes en Andalucía.
Existen referencias de este alimento en los antiguos romances del siglo XII, en los estudios sobre Al-Ándalus y por supuesto en El Quijote.
Receta muy sencilla de elaborar y además muy nutritiva en verano, ya que se usaba en épocas de mucho calor, cuando el hombre y la mujer trabajaban en el campo mano a mano, con pocas ayudas tecnológicas y lo único que tenían eran sus manos y algunas aperos de labranza y lo que era más importante, con lo que daba la tierra y que en gran medida se podía conservar fácilmente en los hogares.
Y Vds. se preguntarán ¿Cómo siendo un plato tan, tan malagueño Toñi no había publicado hasta ahora el plato tal y como se hacía antaño? Pues sí, fue uno de los primeros que se publicaron en el blog, en Mi Cocina…..ÉSTA es la entrada realizada en Julio del 2009
Por lo que he decidido volver a publicarlo quizás con un poco más de experiencia en éste mundo blogueril….si les parece, les cuento como prepararlo.
La forma tradicional de elaboración del ajoblanco manda majar en un mortero los ajos y las almendras con un poco de sal. Luego añadir el pan remojado y hacer una pasta a la que le vamos añadiendo el aceite para que ligue. Se le añade entonces el vinagre y finalmente el agua bien fresca, pero debo reconocer que lo preparo usando una minipimer, así que si les parece tengan una a mano y les explico….
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para un plato:
Dos rebanadas de pan cateto (pan de pueblo, sólo la miga blanca), un diente de ajo, quince almendras, dos cucharadas soperas de vinagre de vino, dos vasos de agua, cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño) y sal. Para acompañar uvas moscatel de Málaga.
Los pasos a seguir:
Primero deben poner a remojo el pan si es pan de días anteriores y está duro. Para ello poner en un cuenco las dos rebanadas de pan en agua fría para que la miga se ablande. Cuando esté maleable, quitar la costra y reservar la miga.
Mientras en una cacerolita poner a hervir un poco de agua, cuando hierva echar las almendras, escaldarlas un minuto, sacarlas del agua dejándolas enfriar unos minutos y pelarlas.
En el vaso de la batidora echar las almendras bien peladas, el ajo y uno de los vasos de agua, a ser posible fría, batiendo bien. Añadir a continuación la miga del pan, el aceite y el vinagre sin parar de batir. Salar al gusto.
Por último, acabar de poner el otro vaso de agua, rectificar de vinagre o sal, e incluso hasta conseguir la consistencia deseada y dejar enfriar en el frigorífico.
Personalmente me gusta que no esté demasiado líquida.
Para servir, colocar las uvas en el recipiente (en ésta ocasión en un plato) y echar el ajo blanco,
regar con unas gotas de aceite.....Sólo queda disfurtar
en ésta ocasión fueron de Manilva; un lugar muy especial para mí; de allí me trajo ésta caja, junto con una botella del exquisito vino dulce moscatel de la zona mi amiga y vecina Mari Carmen, desde aquí darle las gracias por ésta maravilla recién cogidas de las vides que rodean su precioso pueblo.
Un lugar que por la fertilidad de la tierra, de la mar que baña sus costas, por su privilegiada situación geográfica, ha sido un gran atractivo para todos los pueblos de la Antigüedad que decidieron asentarse en ella y que hicieron que MANILVA estuviera poblada desde tiempos prehistóricos, hecho éste que está especialmente bien representados (momentos del Bronce Final) gracias al asentamiento de Los Castillejos de Alcorrín, enclave del siglo IX antes de nuestra Era, que evidencia los contactos existentes en este momento entre el mundo indígena y los primeros colonos fenicios.
Desde aquellos primeros malagueños...hasta hoylos malagueños disfrutamos de una tierra y de la mar que consideramos "El Paraiso" ....siempre, siempre con Sabor a Málaga.
Dedicada ésta entrada de hoy a una persona muy especial, gran divulgadora y difusora de los valores gastronómicos de mi tierra, Dña. Leonor Garcia-Agua Juli, Directora de Área de Desarrollo Económico y Productivo, de la Exma. Diputación de Málaga y promotora, gran defensora y alma mater del programa "SABOR A MALAGA".