¡Hola amig@s! Hoy tenemos como novedad unas albóndigas de pollo rellenas de ciruelas, nada menos. Nos las ha preparado Isabel, autora del blog “Las recetas de Isafrape” que os recomiendo visitar y también a seguir su página de Facebook.
Albóndigas rellenas de ciruelas, la receta:
Este plato ha sido todo un éxito en mi casa, y es que estas albóndigas están deliciosas. Las ciruelas pasas combinan estupendamente con la carne y la salsa de acompañamiento es como la guinda del pastel, el toque que faltaba para culminar. Para hacer estas albóndigas he empleado carne de pollo picada, era la que tenía a mano, pero no influye para nada en la receta que uséis cualquier otra; cerdo, ternera o cordero.
Con este plato he hecho un descubrimiento, el tomate concentrado. Nunca lo había usado y en algunas ocasiones me he encontrado con recetas que lo requería y, tal vez por pereza en comprarlo acababa empleando tomate frito, que siempre lo tengo a mano, pero la verdad es que no tienen nada que ver el uno con el otro. El concentrado proporciona a los platos mucho más sabor, es ideal para pastas, pizzas… O lo que se os ocurra. Un solo gramo equivale a cinco gramos de tomate frito normal, así que imaginaos su sabor. Suele comercializarse en latas o en tubo, como el de la pasta de dientes y se encuentra en cualquier supermercado. A mí, desde luego, no me va a faltar más en la despensa.
Otro ingrediente importante de la receta y que suelo emplear bastante con las carnes es la ciruela pasa (si no visitad mi blog y echadle un vistazo al solomillo con nata (crema de leche) y ciruelas, una sencilla delicatessen). Son ricas en vitaminas del grupo B, como por ejemplo la B3 (interviene en diferentes fases del metabolismo y ayuda en el aprovechamiento de los hidratos de carbono), vitamina A (fundamental para una correcta visión), vitamina C, calcio, minerales como el hierro, el potasio (ayuda en la transmisión de los impulsos nerviosos) y el magnesio (mejora el buen funcionamiento del sistema inmunológico) y tiene propiedades antioxidantes.
Las ciruelas pasas son unas frutas secas ideales cuando necesitamos un aporte extra de energía rápida, gracias a su altísimo contenido en azúcares (hidratos de carbono simples). Por ello su consumo se aconseja en deportistas, cuando se practica ejercicio físico intenso de larga duración, recomendándose a deportistas, excursionistas y montañeros en general.
Son ricas en fibra, de modo que su consumo regular ayuda a mejorar y prevenir el estreñimiento y las hemorroides. Un remedio muy efectivo contra el estreñimiento consiste en dejar dos o tres ciruelas en remojo toda la noche. Por la mañana, en ayunas, se comen las ciruelas y se bebe el agua donde han reposado. También resulta de gran ayuda en los casos de diverticulitis (retención intestinal). En todas estas indicaciones es recomendable beber mucha agua, ya que ayuda a que actúen correctamente las fibras de las ciruelas. Ingerirlas en cantidad puede provocar flatulencias. Para ello es recomendable comerlas poco a poco, no comer muchas de golpe,y una vez el organismo se haya acostumbrado podemos aumentar la cantidad. Hay que tener cuidado en ingerir más de la cuenta porque puede provocar sobrepeso.
Gracias a su alto contenido en hierro se recomienda su consumo en personas con anemia ferropénica. Se aconseja comerlas junto con alimentos ricos en vitamina C, ya que ayuda a mejorar la absorción del hierro. Las ciruelas pasas también ayudan a reducir los niveles altos de colesterol.
Destacan las originarias del estado de California aunque su producción y consumo se está extendiendo bastante por toda la Cuenca del Mediterráneo. También las francesas juegan un papel importante en el mercado, en concreto la variedad conocida como Petite d`Agen.
El poder calórico de las ciruelas pasas es superior al de la fruta fresca, dado que al deshidratarse disminuye el peso y esto hace que el azúcar sea más evidente. 100 gr. de ciruelas secas (seis o siete unidades), tiene 239 calorías, mientras que la misma cantidad de ciruela fresca (una unidad) posee 55 calorías. De todas formas, al no tener grasa no tiene un aporte de calorías tan alto como los frutos secos.
Las ciruelas pasas contienen más de veinte compuestos con propiedades antioxidantes y constituye la fruta con un poder antioxidante mayor por su capacidad de neutralización de los radicales libres. Cuando en nuestro organismo hay más radicales libres que antioxidantes se produce un efecto llamado “estrés oxidativo” que conlleva un deterioro de las células. Una dieta rica en antioxidantes ayudará a prevenir este desequilibrio y sus consecuencias (envejecimiento prematuro, mal estado de la piel, etc.).
Aparte de las ciruelas pasas, otras frutas con alto poder antioxidante son: las uvas pasas, los arándanos, las moras, las fresas, las ciruelas frescas, las naranjas, las uvas negras, las cerezas, los kiwis y los pomelos.
También son importantes para evitar la retención de líquidos. La gran cantidad de potasio que posee contribuye a evitar este problema, que se suele dar con la menopausia, problemas de insuficiencia renal o enfermedades del hígado. En cambio no es nada recomendable en casos de diabetes o sobrepeso, ya que su elevado contenido en azúcar no las hace recomendables en estos casos.
El magnesio que posee mejora la recuperación muscular (incluido el musculo cardíaco) y se considera un relajante muscular. Por esto resulta importante en el tratamiento de la hipertensión, mala circulación, enfermedades del corazón, fibromialgía, estrés, fatiga, etc.
Otro dato curioso, cocinar la carne con ciruelas secas impide el desarrollo de cierta bacteria que crece en la carne recalentada. También aumenta el sabor del cerdo y el pollo y suaviza su textura.
Es recomendable comprarlas envasadas en paquetes o en latas y es habitual que se vendan deshuesadas. Se suelen presentar de las siguientes maneras:
Al natural: se encuentran desecadas en secaderos artificiales o al sol.
Caramelizadas: contienen más jugo y un contenido mayor en azúcares.
Estofadas al vapor: en su jugo natural o en sirope.
En puré: se usa en repostería como sustituto de la mantequilla, la margarina o cualquier otra grasa animal.
Jugo de ciruela: se suele usar con fines terapéuticos para tratamientos de estreñimiento agudo y otras anomalías. También se puede emplear para hacer pasteles o salsas.
Las ciruelas pasas juegan un papel muy importante en la repostería, ya que se puede usar como sustituto de la mantequilla o de la margarina y su aporte calórico es menor. Hoy en día existen preparados de ciruelas pasas para repostería aptos para aquellas personas que quieran preparar pastelería sin grasas. También se puede emplear en cremas dulces, como por ejemplo crema de cacao. Qué cantidad de propiedades tiene un alimento tan sencillo como las ciruelas pasas. Después de esto, espero que disfrutéis más del plato.
Albóndigas rellenas de ciruelas, el vídeo
Albóndigas rellenas de ciruelas, ingredientes para 20 albóndigas:
800 gr. de carne picada (la que más os guste)
1 cdta. de comino
Un pellizco de sal
Pimienta al gusto
1 cebolla mediana pelada y muy picada
1 huevo batido
10 ciruelas pasas
75 gr. de pan rallado
Para la salsa picante:
100 gr. de concentrado de tomate
2 cucharadas de kétchup
Un poco de sal
Pimienta al gusto
1 cdta. de postre de vinagre
Perejil o cilantro muy picado
Media cdta. de romero seco
Media cdta. de tomillo seco
Unas gotas de tabasco
Aceite para pincelar la bandeja del horno
Albóndigas rellenas de ciruelas, preparación:
Ablandamos las ciruelas poniéndolas a remojo en agua caliente.
Mezclamos la carne con el resto de ingredientes (menos los de la salsa, claro está). Precalentamos el horno a 200 grados.
Sacamos las ciruelas del agua, las secamos un poco con un papel de cocina y las cortamos por la mitad. Cogemos una pequeña porción de carne, le introducimos dentro la media ciruela y damos forma de albóndiga, así hasta que se acabe la carne.
Pincelamos con aceite la bandeja del horno, colocamos en ella las albóndigas y horneamos durante 35 minutos.
Para hacer la salsa solo tenemos que mezclar los ingredientes y removerlos.
Servimos la salsa en un cuenco o cuencos individuales y una vez estén hechas las albóndigas, las comemos mojadas en la salsa. ¡Buen provecho!
Otra receta recomendada de albóndigas caseras:
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