¡¡ Arrierito somos y en el caminito nos veremos !!
¡¡ Qué me gustan los refranes......y éste último refrán me viene a la mente cada vez que he escuchado nombrar ésta singular receta, bacalao ajoarriero, sus orígenes al igual que muchísimas recetas tradicionales se remontan a épocas lejanas, cuya base está en el oficio de nuestros antepasados que con el paso del tiempo se han ido quedando en la memoria y guardados en los recuerdos de la historia de nuestro país.
Aunque éste humilde y sencillo plato, todo un clásico de la cocina española, elaborado con bacalao tiene su esencia en el material que solían transportar los arrieros, personas cuyo trabajo consistía en trasladar las mercancías a lomos de animales de carga, siempre caminando a pie en medio de las mulas y burros principalmente dada la fortaleza de éstos equinos, procurando que realicen sus recorridos, de una zona a otra, de pueblo en pueblo, donde incluso posiblemente fueran adquiriendo los ingredientes del plato por el camino.
Quizás, los arrieros portaban bacalao y ellos mismos lo cocinaban a fuego lento, usando un diente de ajo por comensal, con lo que solía decir que el bacalao estaba cocinado al estilo “ajoarriero”, junto con productos de las huertas: pimiento, tomate, cebolla, guindilla…procurando cocinar al lado de los arroyos, con agua fresca para desalar el bacalao.
Fueron sin lugar a dudas quienes introdujeron éste plato en las ventas y posadas que se encontraban por los caminos.
Las tradicionales formas de prepararlo incluye en muchos lugares patatas cortadas en pequeños trozos e incluso la carne de pimientos choriceros……incluso, en la zona del interior, de los mismos arroyos le solían añadir cangrejos (esto último me ha animado a añadirle a mi plato algún que otro langostino).
Etimológicamente, el término arrieroproviene de la palabra española arrear, que significa «estimular a las bestias para que echen a andar, para que sigan caminando o para que aviven el paso»
Así, que con un buen bacalao en Mi Cocina, me dije: “arriando” que es gerundio y ni corta ni perezosa quise preparar éste riquísimo plato al que le añadí un puñadito de guisantes y un toque “Arguiñano” de perejil….
¿Cómo lo hice?
Para dos personas:
400 gr. de lomo de bacalao, una cebolla blanca (tipo cebolleta, mediana), un pimiento verde, medio pimiento rojo, dos dientes de ajo, dos tomates maduros, seis cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, dos guindillas de cayena (pimientos chiles pequeños secos), sal, un puñado de guisantes (en ésta ocasión eran de temporada que guardo en el congelador), una ramita de perejil, seis langostinos grandes, una cucharada pequeña de pimentón dulce (pimiento molido).
Los pasos a seguir:
Poner el bacalao en remojo un día antes de prepararlo, introduciéndolo en un cuenco con agua de forma que quede sumergido por completo, cambiándole el agua en tres o cuatro ocasiones.
Cuando se vaya a preparar escurrirlo bien, secarlo con papel de cocina y cortarlo en trozos cuadrados pequeños (personalmente me gusta dejarle la piel).
Lavar bien los pimientos y pelar los tomates.
Cortar en trozos pequeños los pimientos, la cebolla, los ajos y los tomates.
En una cacerola plana echar el aceite y pochar a fuego lento la verdura, añadiéndole una pizca de sal (con mucho cuidado, ya que el bacalao también le aportará), removiendo de vez en cuando hasta que el sofrito quede blando (cuidando que no se queme). Incorporar el pimiento molido
Una vez listo el sofrito, añadir el bacalao, los langostinos, los pimientitos chiles, los guisantes y dejar hacer a fuego medio unos cinco minutos aproximadamente. Rectificar de sal si fuese necesario.
Dejar reposar unos minutos y servir espolvoreando con perejil…..
¡¡ Buen provecho y buen fin de semana !!