Me planto delante del puesto de pescados del mercado con la duda existencial de qué comprar. Cuando una llega a este extremo de indecisión, lo mejor es dejarse aconsejar por un profesional. “Mira que chicharros más frescos tengo” me dice el pescadero. Pongo cara de escepticismo.
Los chicharros o jureles nunca han sido mi debilidad. No son peces con mucho glamour. Es más, durante una época –afortunadamente, pasada- el ser un pescado azul y barato parecía que desentonaba en determinadas cocinas. Después se descubrieron sus virtudes casi medicinales porque sus ácidos grasos combaten el colesterol y los triglicéridos evitando los riesgos de enfermedades cardiovasculares. Vamos, que casi los chicharros o jureles tendrían que estar subvencionados por la Seguridad Social.
Bueno, pues una vez en casa con aquel enorme chicharro sobre la encimera opté por hacerlo de la forma tradicional que no es otra que al horno para así poder disfrutar de todo su sabor sin enmascararlo con salsas u otros complementos.
INGREDIENTES
1 chicharro grande
2 dientes de ajo
1 limón
Perejil
Sal
Pimienta
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre de Jerez
Vino blanco
Pan rallado
PREPARACIÓN
Pedir al pescadero que haga 3 cortes en el lomo.
Lavar y secar bien el chicharro.
En una fuente apta para el horno poner un chorrito de aceite para que no se pegue el pescado.
Salpimentar el chicharro, ponerlo en la fuente de horno, colocar unas rodajas de limón en los cortes y un trozo de limón en el interior, echar un chorrito de aceite por encima.
Machacar en el mortero los dientes de ajo sin el germen junto con unas ramitas de perejil. Añadir medio vaso de vinagre, un poquito de agua y un chorro de vino blanco. Echarlo sobre el pescado, añadir un poco de pan rallado por encima y meter en el horno precalentado a 180º con aire durante 25 minutos aproximadamente (siempre dependiendo del tamaño del pescado).