La receta de hoy es muy especial para mí, porque aunque tenga un blog de cocina, debo admitir que sé hacer cuatro recetas y media de las de toda la vida. Así que estoy tremendamente orgullosa de mi crema de champiñones de lata.
Técnicamente llevo 17 días de cuarentena sin salir. Y cuando digo sin salir, es sin salir a comprar, sin salir a tirar la basura, etc. La verdad, estoy siendo bastante responsable y coherente con las comidas y la administración de mi tiempo.
Es por eso que ahora puedo hacerme recetas como esta crema de champiñones de lata, la cual no suelen recomendar porque dicen que los champiñones de lata son muy amargos. No obstante, niego esa afirmación y os puedo asegurar, que está de muerte esta crema.
INGREDIENTES:
Una lata de champiñones.
1/2 cebolla.
Caldo (en este caso yo cogí el caldo de cocer el pollo del sándwich de pollo del otro día).
2 patatas pequeñas.
Sal.
Pimienta.
Aceite.
1º. En una sartén con abundante aceite echamos la cebolla picada y los champiñones para que se doren salpimentándolos. A continuación, cortamos las patatas en pequeños trozos y los removemos para que coja sabor. Finalmente, vertemos el caldo de pollo para que lo cubra todo y dejamos que cueza a fuego lento.
2º. Una vez comprobemos que la patata esté bien cocida, llega el momento de pasar por la batidora todos los ingredientes y crear nuestra crema de champiñones. Si veis que no queda tan ligera, podéis volver a pasarlo por el pasapuré, para que quede como más limpia.
En caso de que os quede como más espesa de lo deseado, podéis solucionarlo con un poco más de caldo o en su defecto, con un poco de agua.
De esta forma, ya tendréis lista vuestra crema. Yo además la decoré con algunos champiñones que reservé cuando los doré, un poco de AOVE y unas gotitas de nata (crema de leche).