Seguimos intentando no tirar nada de la nevera, este año he procurado no comprar demasiadas cosas para Navidad, pero siempre se compran algunas cosas que piensas que se van a comer y al final se quedan en un rincón. En el caso del salmón ahumado y del bacalao los había comprado pensando en hacer alguna ensalada con ahumados y al final con eso de que éramos 3 la mayoría de los días pues no se hizo, como ya llegaba la fecha de caducidad pensé en hacer con ellos alguna cosa, al principio había pensado en algún pastel, luego lo descarte porque a mi marido no le gustan mucho este tipo de cosas, así que al final me he decantado por las socorridas croquetas, que son un fondo de congelador estupendo (sobre todo cuando tienes hijos fuera de casa que solo vuelven a por comida y a que les laves la ropa).
La verdad es que no las tenía todas conmigo cuando las estaba preparando, a mi marido tampoco le parecía una idea muy acertada, al final hoy hemos hecho la cata oficial y estaban muy ricas, quizás les faltaba un poquito más de eneldo pero lo cierto es que nos han gustado mucho más de lo que esperábamos.
Para hacerlas vamos a necesitar:
50 gramos de mantequilla
60 gramos de aceite de oliva virgen extra
Un puerro grande o dos pequeños
110 gramos de harina
1 litro de leche
200 gramos de salmón ahumado
80 gramos de bacalao ahumado
Sal, pimienta, nuez moscada, un poco de eneldo seco (al gusto de cada uno, se puede omitir)
Lo primero que tenemos que hacer es trocear bien pequeño tanto el salmón como el bacalao, reservamos.
Limpiamos el puerro, lo lavamos bien porque suele tener tierra, desechamos la parte final más verde y partimos en trocitos todo el puerro, lo ponemos a pochar en una sartén honda con el aceite, la mantequilla y una pizca de sal, lo mejor es hacerlo a fuego lento para que no se queme, cuando tengamos el puerro bien pochado añadimos la harina, otro poquito de sal, un poco de pimienta y la nuez moscada, rehogamos bien la harina un par de minutos para que pierda el sabor a crudo.
Vamos poniendo poco a poco la leche mientras movemos con unas varillas, cuando tengamos toda la leche incorporada y empiece a hervir añadiremos el salmón, el bacalao y el eneldo si es que lo usamos, cocemos la masa hasta que se despegue de las paredes de la sartén. Dejamos enfriar tapada con un film para que no haga costra, una vez fría formamos las croquetas, el tamaño de las mismas lo dejo a vuestra elección, si son para aperitivo lo mejor es hacerlas pequeñitas. Una vez formadas las pasamos primero por harina, luego por huevo y al final por pan rallado.
Freímos en abundante aceite caliente hasta que estén bien doradas, servir acompañadas de una buena ensalada de hojas verdes.