Esta semilla, originaria de la región andina de América del sur, se considera por sus propiedades y usos un falso cereal, aunque en realidad es un pequeña nuez y en sentido estricto un fruto seco. Presenta un alto contenido en almidón y en proteínas, contiene los aminoácidos esenciales en proporción equilibrada, minerales y fibra. Y no tiene gluten.
Ingredientes
200 g de ventresca de bonito
120 g de quinoa
2 berenjenas pequeñas
2 pimientos rojos pequeños
1 cebolleta grande
2 cucharadas de salsa de tomate (receta aquí)
tomillo y romero fresco
sal, pimienta negra
aceite de oliva
Para 2 raciones
Preparación
En un recipiente con agua, y siguiendo las instrucciones del proveedor, cocer la quinoa. Como norma general doble volumen de agua que de quinoa y 15 minutos de cocción a fuego medio. Dejar reposar unos minutos, absorberá toda el agua y quedará lista para servir.
Aquí hemos utilizado una mezcla de mitad de quinoa real (blanca) y mitad de quinoa roja, pero podéis usar la variedad que queráis.
Lavar y cortar las verduras en juliana.
Colocar una sartén al fuego con tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva, añadir las verduras, salpimentar y pocharlas. Cuando estén blandas añadir la salsa de tomate y las hierbas aromáticas (tomillo y romero), mezclar bien y cocer un par de minutos más para integrar los sabores. Retirar y reservar.
Colocar una sartén al fuego y marcar la ventresca de bonito por las dos caras. Retirar del fuego.
Montar el plato con ayuda de un aro: colocar una base de quinoa, encima una porción de verduras, finalizar con un par de trozos de ventresca , escamas de sal, un cordón de aceite de oliva y ... a la mesa!!!
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