Sí, habéis leído bien: focaccia con todo eso por encima.
Esta focaccia la preparé hace ya unas semanas y usé como base una receta de una web italiana. Sobre esta base añadí algunos ingredientes según se me fueron ocurriendo… y bueno, a veces tengo que echar el freno porque empiezo a añadir cosas y no pararía. Sobre todo si tengo hambre mientras estoy cocinando jajaja.
En ese momento no me di cuenta de que, en la mayoría de recetas de focaccia la preparan con bien poca cosa por encima: alguna hierba aromática y poco más. Después de hacerla estuve viendo que, en los casos en los que le añadían más cosas, se veía algún tomatito cherry, algunas olivas… o una cosa o la otra, pero desde luego no las hacen nada cargadas.
En cambio la mía tiene poco de sencilla. Tampoco es que le echara todo lo que me pasó por delante, no es el caso. Antes de decidir los ingredientes los medité un ratito. ¡Como 5 minutos por lo menos!
Desde luego todos los ingredientes que le puse no ocultaban el sabor de la masa, y eso es un punto a favor. Espero que esta focaccia con queso, pimiento asado y olivas no sea como para nosotros la paella con maíz de bote y palmitos, por decir algo :D
Realmente estaba muy rica, os cuento cómo la hice por si queréis probar algo que se salga un poco de la típica focaccia.
La receta de la base, como os decía, salió de una web italiana. Que ya que nos ponemos, aprendemos cocina e idiomas en un pack 2×1. La web se llama “ricette della nonna” (¡recetas de la abuela! ¿no os parece un nombre perfecto para que nos entren ganas de probar todas las recetas?) y la de la focaccia clásica es la que enlazo.
Ingredientes
Para la masa:
350 grs. de harina de todo uso*
1/2 cdta. de sal
2 cdas. de aceite de oliva
7 grs. de levadura seca
210 ml. de agua tibia
1 pellizco de sal
2 cdtas. de azúcar
*Este es uno de aquellos casos en los que la tabla de equivalencias de las fuerzas de las harinas se me hace imprescindible. En la receta original, al ser italiana, habla de harina tipo 0. Usando la tabla ya veo en seguida que se trata de una harina panificable, de fuerza media… la que encontraríamos en el supermercado sin ningún añadido tipo “harina de repostería” o “harina de fuerza”.
Para decorarla:
Olivas sin hueso
1/2 pimiento asado
Romero
Un poco de queso emmental rallado
Preparación
1. Untamos el pimiento con un poco de aceite y lo asamos en el horno a 200 grados durante 30 minutos. Si vemos que se nos va a tostar demasiado, lo cubrimos con un papel de aluminio.
2. Preparamos la masa: juntamos en un bol la harina, la sal, la levadura y el azúcar. Éste le servirá de alimento a la levadura.
3. Añadimos el agua y el aceite y lo amasamos hasta que haga una masa elástica. Se puede hacer con una amasadora con el accesorio de gancho, pero yo no tengo, lo hago a mano y os aseguro que es muy fácil.
4. Cubrimos la masa con un paño limpio y la dejamos levar en un sitio cálido durante 1 hora.
5. Pasada la hora amasamos de nuevo ligeramente (durante un minuto) para quitarle el exceso de aire. Pincelamos aceite en una bandeja de horno y extendemos la masa por encima. La cubrimos con el paño de nuevo y la dejamos levar durante 20 minutos. Hundimos un poco los dedos para hacerle los típicos hoyuelos y la dejamos levar 10 minutos más.
6. Precalentamos el horno a 200º. Mientras tanto podemos ir poniendo la cobertura a la masa: espolvoreamos un poco de queso rallado. Luego cortamos el pimiento asado a tiras y las distribuimos por encima. Añadimos unas cuantas olivas y un poco de romero. Luego echamos otro chorrito de aceite y ponemos la masa a hornear durante 25 minutos.
¡Espero que la disfrutéis!
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