Cuando éramos jóvenes y llegaba el verano, íbamos al huerto familiar a coger kilos y kilos de guisantes. Después nos pasábamos horas desgranándolos. Por cada kilo de guisantes con su vaina salían unos 250 gramos de pequeñas perlas verdes. No todos caían en el cesto porque eran tan dulces que algunos nos los comíamos crudos como si fuesen golosinas. En la fiesta del pueblo, a primeros de julio, lo típico era comer ensaladilla y, claro, no podían faltar los guisantes, ni la pregunta del día entre vecinas: "Qué, ¿ya la tienes preparada?".
Con los primeros guisantes de la primavera hoy os proponemos un plato sencillo pero espectacular por su textura y sabor: unos guisantes con sepia.
RECETA
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INGREDIENTES
400 g de guisantes pelados (pueden ser congelados)
850 g de sepia limpia y troceada
Una cebolla
Dos tomates
Tres dientes de ajo
Una hoja de laurel
Una taza de las de café de vino blanco
Dos cucharadas de carne de ñora
Aceite de oliva virgen
Sal
Pimienta negra
PREPARACIÓN
Limpiar y trocear la sepia, dejarla escurrir sobre un colador y reservar.
Cortar la cebolla en brunoise.
Poner en una cazuela aceite de oliva virgen y cuando esté caliente añadir la cebolla. Dejar unos minutos y agregar los ajos picadillos.
Añadir lo tomates pelados y cortados en trocitos.
Cuando la salsa reduzca agregar la sepia cortada. Rehogar. Añadir el vino blanco, la carne de ñora, la pimienta negra y la hoja de laurel. Tapar la cazuela y dejar hervir a fuego suave hasta que la sepia esté tierna. Si es necesario, poner un poco de agua.
Añadir los guisantes y dejar hervir unos 10 minutos más.
Rectificar de sal y servir caliente.