Estos huevos dorados rellenos de bizcocho son ideales para esta fiesta, son como los huevos de oro que pone la gallina del cuento.
Sorprende ver el bizcocho dentro del huevo. Aunque es fácil, es un poco pringoso y entretenido poner la masa dentro del huevo, pero queda tan divertido!!!!
Primero tenemos que vaciar los huevos, para ello hacemos un agujero en una punta y vaciamos todo el interior.
Lavamos los huevos y los hervimos para que queden bien limpios porque tenemos que hornear dentro los bizcochos.
Los dejamos secar, yo los dejé toda la noche para que estuvieran bien secos.
Hacemos la masa del bizcocho que queramos, yo hice el clásico de yogur.
En una bandeja para magdalenas, ponemos en cada orificio papel de aluminio (para que se aguanten de pie las cáscaras de huevo) y encima los huevos con el agujero en la parte superior.
Metemos la masa del bizcocho en una manga pastelera con una boquilla grande, e introducimos la masa por el agujero del huevo. Este paso lo tendremos que ir haciendo rápido y en pocas cantidades, porque, al ser la masa muy líquida se escurre. Rellenaremos un poco menos de dos tercios del huevo, porque la masa ya subirá.
Metemos la bandeja con los huevos en el horno y lo horneamos hasta que estén hechos.
Si cuando los sacamos del horno, parece un volcán porque la masa ha sobresalido, no pasa nada, se saca la masa que se ha salido y se limpia bien la cáscara con un papel de cocina húmedo.
Cuando estén los huevos fríos, tocará pintarlos.
He utilizado pintura comestible dorada, concretamente pintura en polvo que he disuelto con agua y he pintado el huevo con un pincel. He de confesar que una vez secos todavía teñían un poco, por lo que recomiendo que cuando lavéis los huevos los sumerjáis en agua caliente con vinagre blanco para que desaparezca la capa protectora del huevo y así después la pintura se adhiera bien.
Dejarlos secar, para ello los he pinchado con un palillo (pinchado en la masa por el agujero del huevo) en porexpan, y ya estarán listos.
No es imprescindible pintarlos, con el huevo blanco (o marrón) relleno de bizcocho queda igual de genial.
Para que quedara aún más realista en el centro del bizcocho, puse una cucharada de yema, la que me sobró de hacer las monas, tenéis la receta aquí, ¡así sí que parece un huevo de verdad!
A los niños les sorprendió un montón, tenían mucha curiosidad en saber cómo se había metido el bizcocho dentro, y Carla, mi pinche y que disfrutó un montón haciéndolos, pudo explicar el gran secreto que escondían estos huevos.
Un beso.