¿Sabéis qué? preparar mermelada casera no entraña ninguna dificultad,y más aún de manzana, porque la manzana tiene mucha pectina y no necesita ningún espesante adicional. El sabor de la manzana, el azúcar moreno, la canela y la nuez moscada confieren un sabor estupendo a esta mermelada.
Hay frutas que llevan mucha agua en su composición y prácticamente no necesitan, como es el caso de las manzanas, y también de las peras, albaricoques y las fresas. Para preparar una buena conserva deberéis tener en cuenta la cantidad de azúcar, el contenido en pectina de la fruta elegida y su acidez. Hay un consenso común que fija un contenido mínimo del 60% de azúcar en la elaboración de las mermeladas. En las mermeladas de fabricación casera, sin conservantes artificiales, podréis conservarlas mucho tiempo si las proporciones de fruta y azúcar son las adecuadas.
En las frutas menos ácidas, como las manzanas, peras, melocotones, higos, fresas …, podéis compensar la falta de acidez añadiendo zumo de limón. El zumo de limón es también un potente antioxidante que evita que las frutas que se oxidan en contacto con el aire se oscurezcan, como es el caso de las manzanas. El ácido cítrico que contiene el zumo de limón le da a la mermelada su color brillante, mejora su sabor y prolonga el tiempo de conservación. Sin el limón la mermelada tendría una textura endurecida y azucarada en exceso.
Una buena mermelada debe tener un color vivo, olor y sabor frescos. Deberéis elegir frutas sanas y en el punto ideal de madurez y limpiarlas bien de pepitas, huesos, etc. Las mejores cazuelas para preparar mermelada son las de hierro de fondo grueso y el calor muy suave. Nunca fuego fuerte. Debéis remover constantemente la mezcla con una cuchara de madera de mango largo, para evitar que se pegue en el fondo y mantener la cazuela destapada durante la cocción. Otro punto importante es un envasado adecuado y la conservación del producto en lugares secos, frescos y oscuros. Una mermelada casera hecha con azúcar, y envasada en un frasco de cristal esterilizado, puede guardarse hasta 2 años almacenada en un lugar fresco y seco. Una vez abierto el frasco, guardad la mermelada casera en la nevera. Os puede durar unos 3 meses.
Mermelada de manzana
Dificultad: fácil
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Ingredientes
1,5 kilo de manzanas
750 gramos de azúcar
canela en polvo
núez moscada
1 limón
Frascos esterilizados (3 o 4 según el tamaño): Para esterilizarlos ponedlos en agua hirviendo durante 15 minutos. El agua debe cubrir los frascos. Id sacando los frascos con la ayuda de unas pinzas y colocadlos boca abajo en un paño limpio para que se escurran. Tened cuidado porque es fácil quemarse.
Preparación
Pelad las manzanas, quitadles el corazón y cortadlas en trozos pequeños.
Meted la manzana en un bol, junto con el zumo de 1 limón, el azúcar, una cucharadita de canela y una pizca de nuez moscada. Con la ayuda de las manos ¡bien limpias! mezclad los ingredientes y dejadlo macerar durante un par de horas. Veréis que la manzana suelta bastante líquido y facilitará la cocción sin necesidad de añadir agua.
Echad la manzana en maceración en una olla y dejad a fuego muy lento durante 45 minuto o hasta que alcance la consistencia que os guste. Removed con una cuchara de madera de palo largo frecuentemente.
Si os quedan trocitos de manzana podéis aplastarlos con la ayuda de un tenedor, o no, según os guste la textura más o menos fina. Poco a poco, veréis que la mezcla coge la textura de mermelada y un característico color marrón.
Cuando ya esté, envasad la mermelada recién hecha en los frascos esterilizados. Dejad unos dos centímetros con respecto al borde. Dadles unos golpes cuando echéis la mermelada para que se ajuste bien y así eliminar el aire que pueda quedar dentro. Dejadlos boca abajo durante al menos 12 horas para que haga el vacío.
Web: Commememucho
Durante el proceso de cocción hay que remover constantemente. La mermelada va cogiendo textura y color.
Como sucede con muchas otras preparaciones hay muchos países que reclaman la paternidad de la mermelada. Los ingleses, quienes tan orgullosos están de su cultura de mermelada, afirman que la inventaron durante el reinado de María Estuardo de Escocia. En la corte británica en aquel entonces se hablaba francés y cuando la reina padecía mareos se le daba un compuesto de naranjas y azúcar y se decía que “Marie est malade” (María está enferma) que evolucionó hasta la palabra “mermelade”.
Pero esta historia no puede ser cierta ya que el origen de la palabra es anterior a María Estuardo. Algunos estudios etimológicos sitúan la palabra mermelada proveniente del latín melimelum (manzana dulce) o del portugués marmelo (membrillo).