Desde que vivo en España he estado probando varias recetas que me recordaran el sabor del pandebono que comía en Colombia, de todas los pruebas que he hecho esta es la definitiva, me han salido muy parecidos a los que degustaba en el desaparecido LEY de Santa Marta. A mí me gusta que queden con una textura suave, esponjosa y algo chiclosa por dentro.
La mezcla de almidón de yuca con fécula de maíz le da al pandebono esa consistencia tan característica y apetecible; no obstante, esas mismas harinas hacen que estos panecillos una vez fríos se endurezcan, es mejor comerlos cuando aún están tibios.
Siempre que hago bastantes pandebonos suelo congelar una buena cantidad para ir comiéndolos en el desayuno, todas las mañanas saco unos cuantos del congelador y les doy un ligero calentón en el horno, de ese modo recuperan toda su suavidad.
Nota: los que viven en Colombia deben elaborar los pandebonos con queso costeño blando, yo he sustituido éste por otros tipos de queso porque aquí no consigo el costeño. Las cantidades de sal y leche de la receta pueden variar en relación con la humedad y el porcentaje de sal que tenga el queso que vayan a utilizar; es mejor ir probando para no pasarse. ¡Manos a la obra!
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Ingredientes 50 pandebonos:
500 gramos de almidón de yuca
200 gramos de fécula de maíz (Maizena)
70 gramos de azúcar
10 gramos de sal
15 gramos de levadura química (polvo royal)
600 gramos de queso tierno con sal (marca entrepinares del mercadona) 200 gramos de queso burgos con sal de buena calidad (si viven en España) o 800 gramos de queso costeño blando (si viven en Colombia).
100 gramos de mantequilla en pomada (blanda)
2 huevos grandes
200 ml de leche (si el queso es muy seco podéis añadir un poco más)
Preparación:
Precalentamos el horno a 200 ºC.
En un bowl agregamos el almidón de yuca, la fécula de maíz, el polvo royal, la sal y el azúcar. Mezclamos todos los ingredientes. Rallamos o molemos finamente el queso tierno y el burgos. Los que usen queso costeño también deben rallarlo o molerlo muy fino. Si el queso no está bien molido o rallado, no se integrará bien en la masa y durante el horneado puede agrietar el panecillo. Añadimos el queso o los quesos en la mezcla de ingredientes secos y comenzamos a amasar hasta integrarlo todo. Adicionamos la mantequilla y los huevos y continuamos amasando.
Es inecesario que amasemos a conciencia para que los ingredientes se integren bien. Ahora adicionamos la leche poco a poco mientras seguimos amasando, este paso es muy importante porque con esta masa es muy fácil pasarse de humedad, no echen la leche de un tirón. La masa debe quedar suave y manejable, la consistencia que buscamos se parece a la de una plastilina. Dejen de adicionar líquido cuando la masa alcance la textura adecuada. Si la masa queda pegajosa y muy blanda, es que nos hemos pasado con la leche y nos saldrán unos panecillos ricos pero deformes.
Una vez tengamos lista nuestra masa empezamos a formar las bolitas de pandebono, pueden ayudarse con una cuchara para que todas les queden del mismo tamaño, los bolitas deben tener un peso aproximado de 40 gramos.
Distribuimos los pandebonos sobre una placa de horno antiadherente; también pueden usar una bandeja cubierta con papel de hornear o una ligeramente engrasada con mantequilla. Horneamos los pandebonos a 200 ºC por 20 minutos o hasta que adquieran un color dorado claro.
Sacamos los pandebonos del horno y servimos!!
No olvidéis que una vez fríos se pueden congelar y disfrutar en otra ocasión.
Preparé mis pandebonos por la noche, los tomé para cenar y los acompañé con chocolate caliente. Si nunca han comido estos panecillos, los animo a probar esta receta; estoy segura que les va a encantar el resultado.
¡Hasta pronto!