Este mes en el reto de Cocinas del mundo tenemos la libertad de escoger una receta del país Latinoamericano que queramos. Yo he decidido hacerle un pequeño homenaje a Venezuela y a su gente, porque pasan tiempos difíciles.
Total, que elegir el país fue fácil, pero elegir la receta... ¡Qué dilema! Que si quesillo con caramelo, que si torta de pan, que si tequeños, quesadillas andinas, patacón, arepas, golfeados, tunjitas, tequeyoyos, chicha de arroz...
Este mes tengo antojo de dulce, además el queso me priva y me traje hace poco anís de España, así que no me pude resistir a preparar a estas quesadillas, que nada tienen que ver con las populares quesadillas mexicanas. De hecho, estas son un postre. Eso sí, aviso que no es "dulce" como se entendería en Europa. Se hace con un tipo de queso bastante salado, así no es raro, pero en el resultado se nota un contraste cultural.
Como siempre, cada maestro tiene su librillo, y el relleno se puede hacer con clara de huevo batida o simplemente mezclando los ingredientes a mano. Yo me he inspirado en esta, esta, esta y esta receta. Soy más de salado que de dulce y, además, no soy experta en masas, pero con ayuda de la fuerza de mi vikingo, salió bien. En casa las disfrutamos con mermelada. Lo normal sería de guayaba, pero si no la tienes, pues la que más te guste ;)
Para la masa:
400 g de harina de trigo
45 g de mantequilla
1 huevo (+ otro más para barnizar después)
100 g de azúcar
120 ml de leche tibia
1/2 cucharadita de sal
7-10 g de levadura seca de panadería granuladaPara el relleno:
250 g de queso feta (como sustituto del queso llanero o queso blanco latino)
1 huevo
50 g de azúcar
1 cucharadita de semillas de anís
Apenas 1/2 cucharadita de canela en polvo
Apenas 1/2 cucharadita de nuez moscada en polvo
Si fuera necesario: leche
La preparación:
1. Antes que nada ponemos en un vaso la leche tibia y en ella incorporamos la levadura, una cucharadita de azúcar y otra de harina y mezclamos. Lo dejamos reposar durante 15 minutos en un lugar cálido.
2. Mientras tanto, en nuestro banco de trabajo (limpio) disponemos la harina; en el centro hacemos un hueco a modo de volcán y, en ese hueco, disponemos la mantequilla blanda, el huevo, el azúcar, sal y la mezcla de leche y levadura.
3. Mezclamos bien con las manos hasta que quede una masa homogénea y elástica que no se nos pegue a las manos. (También se puede hacer con varillas en un cuenco)
4. Entonces enharinamos un poquito la superficie y amasamos durante unos 15 minutos.
5. Formamos una bola y la dejamos reposar durante 1 hora (hasta que doble su tamaño) en un recipiente cubierto por un trapo y en un lugar cálido (como en Dinamarca hace frío, yo lo dejo en la encimera sobre el horno encendido).
6. Mientras tanto, preparamos el relleno. Rallamos el queso, mezclamos los ingredientes y batimos con un tenedor hasta que quede en una pasta densa. Si es demasiado densa, podemos añadir un poquito de leche y mezclar.
7. Cuando la masa haya doblado su tamaño, la desgasificamos (presionamos con las manos para deshacernos del exceso de aire). Entonces le damos forma de rollo alargado y cortamos en 10-12 trozos.
8. Extendemos una porción de masa con ayuda de un rodillo y nuestras manos. Las demás las mantenemos cubiertas para que no se sequen. Barnizamos los bordes internos con huevo batido y damos 5 pellizcos en los laterales para crear 5 puntas. El huevo será nuestro pegamento.
9. Ahora toca rellenar, sobre papel de horno en una bandeja fría. Si queremos, podemos añadir queso rallado por encima (50 gramos de los 250 totales, por ejemplo). Después barnizamos la masa por fuera.
10. En el horno precalentado a 180º, les damos 20 minutos, hasta que estén doraditas.
¡Buen provecho!
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Bergua*