Dicen que la amistad significa entendimiento mutuo, afecto, respeto, comprensión, empatía, a lo que yo, personalmente, también añadiría que en algunos casos hay que sumar admiración, afinidad y gustos; aunque lo de compartir gustos sea a veces la consecuencia o la causa de la formación de lazos de amistad.
Sea como fuere, vas descubriendo que los caminos en la vida, a veces gracias a la tecnología son virtuales, pone a tu alcance el conocer a personas con las que te das cuenta que tienes muchos puntos en común, como a mí me ocurrió con Reme Reina.
Fueron los caminos virtuales los que nos hicieron cruzarnos por un gusto en común: la gastronomía ¿Causa o consecuencia? Hoy por hoy no me lo planteo. Sí que aunque distanciadas por la distancia, valga la redundancia, cercanas cada vez más en cuanto a puntos en común.
Nacimos en el mismo hospital, estudiamos en la misma academia, fuimos al mismo Instituto, hemos vivido en la misma barriada, conocemos personas y amigos en común; enamoradas de nuestra tierra, de nuestros orígenes, de nuestra cultura, de su historia, apasionada por la mar..y por si fuera poco, autoras ambas de blogs de cocina, donde prima la cocina malagueña, procurando por todos los medios divulgar, dar a conocer, difundir, incluso ¿Por qué no decirlo? Por lo menos en mi caso: presumir de ésta cocina tan nuestra, tan rica, tan extensa, tan increíble.y por supuesto la gran variedad y riqueza de los productos malagueños. Todo ello sin ánimo de lucro. Y cuanto más nos vemos, más charlamos, descubrimos que más puntos en común tiene nuestra amistad.......... Éste es su blog Al Sur del Sur.
Ésta receta es suya, de hecho la preparó en un “show-cooking” que tuvo lugar hace unas semanas en la capital malagueña, ayudada por nuestra común y querida amiga Mari Angeles (que por cierto: cocina sin miedo, en su blog lo pueden comprobar).
Y que por supuesto, no me podía perder al igual que los consejos de cocina que dió mi admirada y querida Evelin Ramelet,
chef francesa de Canal Cocina, afincada en Málaga desde hace años; Reme estuvo con ella ayudándole en su "show cooking".
La Cocina de Evelyne es divertida, sana, honrada, deliciosa...miren y disfruten con su blog.
Volviendo a la receta de Reme, he de confesar que es una exquisitez que me gustó tanto que pensé hacerla enseguida, rape sobre espejo de ajo blanco con mango especiado; con una presentación de lujo, de restaurante de alta gastronomía, con unos detalles florales delicados, el rape en trocitos pequeños, servido en cucharitas con un toque elegantisimo.
A la hora de decorar mi plato he de reconocer que lo mio no son los detalles, no es la decoración gastronómica, pero piensen que era mi almuerzo, no lo hacía para el blog, sino para disfrutar de mi comida, aparte tuve que hacer algunos cambios, el mango consideré que estaba demasiado maduro y lo cambié por kiwi. Pero no quedó tan mal ¿no creen?
También se me ocurrió ¿por qué no hacerlo con ajo negro? ¡ En vez de ajo blanco, hice un “ajo mulato” ! con ése sabor “Umami” que aporta ésta delicatesen: el ajo negro.
Por cierto, el ajo negro les puede llegar a casa desde Ajo y Salsas JR (Las Pedroñeras)
El resultado, sencillamente delicioso, espectacular
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para dos personas:
Dos trozos de rape fresco (no congelado, 300 grms), sal y aceite de oliva virgen extra.
Para la fruta especiada:
Un kiwi, 2 clavos de olor, una guindilla roja pequeña (un pimiento chile pequeño, sin semillas).
Para el ajo “mulato”:
Una rebanada grande de pan (solo la miga), 100 grms de almendras, una cucharada sopera de vinagre de vino, una cucharadita pequeña de sal, medio vaso de agua, 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, 2 dientes de ajo negro.
Para decorar:
Ajonjolí blanco y ajonjolí negro (sésamo) y 2 dientes de ajos negros laminados.
Los pasos a seguir:
Pelar y trocear el kiwi, echarlo en un cuenco junto con el clavo y el pimiento chile, dejándolo macerar una media hora.
Mientras preparar el ajo “mulato”, para ello:
Echar las almendras en agua, llevar al fuego y darle un hervor. Dejar que se enfrie y pelarlas.
Aunque se puede realizar como antaño en un mortero....
He de reconocer que lo hago en:
En el vaso de la batidora echar el pan, el agua, las almendras peladas, el vinagre, el aceite y los dos dientes de ajo, triturar hasta obtener una pasta homogénea y fina. Salar al gusto y reservar.
En una sartén con un poco de aceite, saltear ligeramente los trozos de kiwi (en ésta ocasión la receta original retiraban el clavo y la guindilla, yo la dejé para darle un poco de “rock and roll” a la fruta).
Retirar del fuego y pasarlo por la batidora de forma que quede una crema lo más fina posible.
Una vez las dos salsas preparadas preparar los trozos de rape:
En una sartén echar aceite de oliva virgen extra y una vez caliente colocar los trozos de rape, salar al gusto y dejarlos hacer a fuego medio por ambos lados.
Montaje del plato:
Poner una base fina de ajo mulato, sobre ella colocar el filete de rape. A continuación añadir por el plato cucharadas de kiwi especiado y por último decorar con láminas de ajo negro, con sésamo blanco y sésamo negro.
No olviden dejar las salsas en el centro de la mesa....la disfrutarán.
Dice un refrán que "El agradecimiento es el más efímero de los sentimientos humanos" y con mucha frecuencia parece tener razón.
La gratitud es propia de los verdaderos amigos y desde “Mi Cocina”, hoy quiero agradecer a Reme no sólo ésta receta que he preparado y comparto con quienes seguís mi blog, sino también su amistad.
¡¡ Buen provecho!!