Sólo haciendo esto te das cuenta de la cantidad de cosas que logras acumular a lo largo de los años.
Y yo que pensaba que con un viaje sería suficiente!
La verdad es que me da pena dejar el que ha sido mi hogar durante los últimos cuatro años. No es la primera vez que vivo de alquiler, pero sí la primera que he estado tanto tiempo en el mismo y yo sola.
Echaré de menos el tapiz étnico que cuelga en el salón, su decoración de revista, su cocina tan blanca y limpia, su jardín donde me he pasado tantas tardes tomando el sol, la tranquilidad y el silencio de su urbanización.
Si pudiera me lo metía en el bolsillo y me lo llevaba allá donde vaya :)
Pero bueno, no me quiero poner melancólica. Os contaba esto para que entendiérais el por qué de este risotto.
Y es que estos días la cocina y más concretamente la nevera se va pareciendo a la de un piso de estudiantes :D
Cada día van quedando menos cosas, y tampoco puedes comprar como lo harías de normal.
Lo único que resuena en tu cabeza es la frase "tengo que ir gastando" "tengo que ir gastando".
Así que estos días me he sentido concursante de Top Chef preparando platos que combinaran combinando lo único que rondaba por la nevera.
Y así fue como me surgió la idea de este risotto que bauticé en honor a los ingredientes utilizados.
Me guié del Risotto de sobrasada y bacon que publiqué en el blog.
Espero que os guste :)
Ingredientes:
1 cebolla
1 puñadito y medio de arroz
4 lonchas de bacon
1/2 bote pequeño de champiñones laminados (unos 75-80 gr.)
200 ml de vino blanco
1 vaso de caldo de pollo
Aceite de girasol
Queso rallado de oveja curado (unas 2 o 3 cuñas)
Perejil picado
1 sobre de azafrán (opcional)
Elaboración:Pelamos, lavamos y troceamos la cebolla. La salteamos en una sartén con un chorrito de aceite a fuego medio. Picamos las lonchas de bacon y añadimos a la sartén. Añadimos también los champiñones. Dejamos cocinar unos 10-15 minutos hasta que veamos que estén cocinados.
A continuación, echamos el arroz y rehogamos en la sartén un par de minutos. Luego vertemos el vino, removemos que se integre todo bien y dejamos que se consuma. Una vez se haya evaporado, volvemos a remover, echamos el vaso de caldo de pollo y el sobrecito de azafrán. Bajamos un poco el fuego y dejamos que el arroz se cueza.
Cuando veamos que aún queda un poco de caldo echaremos el queso rallado y removemos para que se mezcle todo bien y quede cremosito.
Servir en el momento y espolvorear con un poco de perejil picado.