Estamos de acuerdo en que los ingredientes que forman parte de la preparación de este plato parecen provenir de la cocina francesa. Principalmente por la utilización del foie-gras, producto muy vinculado a este país y también por la utilización del hojaldre, tremendamente utilizado en Francia desde mediados del siglo XVIII. Tengo que objetar, no obstante, que aunque todo el mundo crea que el hojaldre es francés, en realidad es una creación española -Martínez Montiño menciona el hojaldre en 1611 como «cosa vieja de nuestra cocina»-.
Pero sea por la razón que sea, actualmente todo el mundo está de acuerdo en conceder la paternidad de este plato al país anglosajón. De hecho, en las cartas francesas, de los diferentes restaurantes que los ofrecen, lo mencionan como filete de ‘boeuf en croûte‘, es decir, solomillo de buey en costra.
En realidad todo son conjeturas, nadie sabe nada con certeza, pero todo parece indicar que el duque de Wellington, tanto en sus campañas como en las recepciones que daba en su residencia en Londres, solía presentar el solomillo cocinado de esta forma, envuelto en hojaldre. Al duque le agradaba mucho su presentación, sofisticada y aristocrática.
La receta del solomillo Wellington o solomillo de hojaldre puede prepararse tanto con solomillo de buey, de ternera o de cerdo. Este plato de nombre tan “figurón” lleva en su composición la pieza de solomillo, foie gras, champiñones, cebolla, hojaldre y jamón. La del Chef Gordon Ramsay, que incluye jamón de parma, también está basada en la auténtica receta del solomillo Wellington.
Nuestro jamón no tiene nada que envidiar al jamón de Parma italiano y, es más, me atrevería a decir que incluso la receta puede ganar utilizando un jamón Ibérico.
En Estados Unidos se publicó esta receta en el año 1940, cuando René Verdon, Chef de la Casa Blanca al servicio de los Kennedy, lo preparó por primera vez y después la receta quedó en el recetario de la Casa Blanca y se ha seguido preparando desde entonces.
En la receta que he preparado en casa, y aparece en las fotografías, he utilizado solomillo de cerdo, con el que se consigue una receta igual de sabrosa pero muchísimo más barata. Además, el solomillo de cerdo al ser más pequeño se cocina mejor y con mayor rapidez.
Y, no, no es tan engorroso de hacer como estás pensando pero lo cierto es que lleva su tiempo.
INGREDIENTES:
1 solomillo de cerdo (normal o ibérico)
1 placa de hojaldre
250 gramos de champiñones
1 lata de paté (si es ibérico bueno mejor)
Lonchas de jamón serrano o ibérico
1 huevo
Aceite
Sal y pimienta
Para la salsa
1 zanahoria
1 cebolla
100 gramos de champiñones
300 ml de caldo de carne, pollo o verduras
1 cucharada de harina
PREPARACIÓN:
Cortad 100 gramos de champiñones en láminas y rehogadlos.
Salpimentad el solommillo y selladlo por todos los lados en una sartén a fuego fuerte para evitar que suelte ningún jugo.
Extended la plancha de hojaldre, si no viene extendida, y untadla de paté. Incorporad los champiñones y poned las lonchas de jamón y por último el solomillo.
Cerrad el hojaldre envolviendo al solomillo y pintadlo de huevo batido para que se dore. Podéis decorarlo como gustéis. Introducidlo de 35 a 40 minuto, dependiendo de su tamaño y si os gusta más o menos hecho, a 200º en el horno.
Salsa:
Pochad la cebolla, la zanahoria y los champiñones, cortados pequeñitos, a fuego lento. Una vez pochado agregad una cucharadita pequeña de harina y unos 300 ml de caldo. Dejad durante 15 minutos a fuego bajo. Una vez tengáis la salsa la podéis pasar por la batidora o no según os guste.
Podéis servirlo con un puré de manzana o de patatas. En mi caso lo he servido con una ensalada fresquita que me apetecía más.