No esperéis encontrar la típica sopa al uso, para nada. La base de esta sopa es leche, queso emmental y nata (crema de leche) líquida.
Y muchos de vosotros pensaréis “vaya bomba calórica”, “¡eso tiene que engordar tela!”. Pues sí, no os voy a engañar pero bueno, mirar no engorda, y eso si se puede hacer, y si os armáis de valor y os decidís a hacerla y comerla pues disfrutadla mucho, que seguro que os gustará.
Ingredientes:
-2 cucharas soperas de mantequilla
-1 cebolla mediana pelada y muy picada
-2 patatas medianas peladas y cortadas a dados
-4 cucharadas soperas de harina
-3 cucharadas soperas de vino blanco
-300 ml de leche
-300 gr aproximadamente de maíz dulce en grano en conserva (dos latas pequeñas)
-100 gr de queso emmental rallado
-400 ml de nata (crema de leche) líquida para cocinar (dos briks pequeños)
-sal al gusto
-picatostes para adornar
-perejil picado para espolvorear los platos
Preparación:
Los picatostes los podemos comprar hechos en cualquier supermercado, o bien cortamos a cuadraditos 2 o 3 rebanadas de pan duro y los freímos en un poco de aceite de oliva bien caliente. Reservamos.
En una olla ponemos las dos cucharadas de mantequilla y cuando esté fundida añadimos la cebolla. La rehogamos durante diez minutos a fuego lento hasta que se vuelva transparente.
Añadimos las patatas y las freímos durante unos 3 o 4 minutos removiéndolas de vez en cuando.
Esparcimos por encima la harina y freímos otro minuto. Retiramos la olla del fuego y agregamos el vino y poco a poco la leche. Volvemos a poner al fuego y llevamos la sopa a ebullición sin parar de remover. Una vez comience a hervir bajamos el fuego y cocemos a fuego lento removiendo de vez en cuando.
Cuando veamos que las patatas estén tiernas, agregamos el maíz, el queso, la nata (crema de leche) y la sal al gusto. Mezclamos. Una vez que se haya fundido el queso y esté todo bien integrado servimos en platos y espolvoreamos por encima el perejil y los picatostes.