¿Todavía existe el verdadero sabor a tomate, o lo damos ya por definitivamente perdido? Existe, pero cada vez es más difícil hallarlo. No lo busquéis en los grandes supermercados ni en según qué tiendas. Lo podréis encontrar en los pequeños mercados semanales donde los hortelanos venden directamente sus productos al consumidor. Es lo que se ha dado en llamar venta de producto de Kilómetro Cero. Sale ganando el agricultor porque evita intermediarios y sale ganando el consumidor porque sabe qué compra, quién se lo ofrece y de dónde procede. Yo tengo una payesa de cabecera, Mercè, que cada sábado por la mañana haga frío o calor, llueva o nieve, vende sus productos en el pequeño Mercat de Pagès de la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló, Barcelona. Allí suelo hace acopio de todo tipo de verduras pero especialmente de tomates porque aún conservan el sabor de antes. Para hacer esta sopa fría de tomate no lo dudé ni un instante: tenía mi cita semanal con ella en la colonia.
RECETA
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INGREDIENTES
1 kg de tomates bien maduros.
1 cebolleta tierna (80 g).
1 diente de ajo.
6 hojas de albahaca fresca más unas cuantas para adornar el plato.
½ taza de las de café de vinagre de vino.
1 vaso de agua.
2 rebanadas de pan (sólo la miga).
Sal.
Aceite de oliva.
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PREPARACIÓN
Pelar los tomates y cortarlos por la mitad.
Quitar el germen del ajo.
Triturar bien todos los ingredientes excepto el aceite que lo pondremos al final. Tiene que quedar bien fino.
Dejar reposar unas horas en la nevera.
Antes de servir agregar unpoco de aceite y remover. Servir bien fría y añadir un chorrito de aceite por encima.
Adornar con unas hojitas de albahaca.