SOPA TOSCANA DE ALUBIAS EN OLLA GM D

La biblioteca era su lugar de trabajo y su feudo

No permitía que nadie se saltara las normas ni toleraba faltas de, lo que cree ella, respeto

No se lo permitía a los usuarios y mucho menos a sus compañeros de trabajo

Son muchos los que, a lo largo de los años, han pedido el traslado o han solicitado no coincidir con ella en los mismos turnos

Ella lo sabía y le parecía bien. No quería trabajar con ineptos a los que hay que controlar y rectificar continuamente

Tampoco era la primera vez que su superior le ha reconvenido su actitud. Incluso la retiraron del mostrador de infantil porque no eran pocos niños los que se marchaban llorando junto con sus madres indignadas

Sus argumentos eran férreos, si no sabían comportarse y no estaban educados, mejor que se largaran y volvieran cuando dejaran de estar asalvajados. En su biblioteca no iba a consentir desorden ni gritos. Ni una mosca

Aquella mujer dulce y tímida hasta el extremo, había desaparecido

Tanta soledad le había agriado el carácter. La amargura le fruncía los labios en una mueca

Miraba a todo el mundo con desprecio y con esa mirada, el mundo se sentía juzgado

Quizá, todo empezara aquella tarde de muchos años atrás, con ella agarrando fuertemente un libro contra su pecho y poniéndose delante del escritor al que idolatraba

Él, ni la miró a la cara

Ella intentó excusarlo. Se repitió, una y otra vez, que había sido un malentendido. Que él estaba cansado después de tantas horas firmando sus libros

Pero algo se rompió dentro de ella

Siguió comprando sus libros. Los devoraba y los adoraba, pero despreciaba al escritor

Seguía atesorando sus entrevistas y artículos, pero ya no con devoción sino con inquina

Mantenía conversaciones imaginarias con él, pero ya no como su príncipe azul sino como un ser despreciable que no merecía el talento que tenía. La había decepcionado profundamente y tenía engañada a muchísima gente

Él seguía siendo uno de los autores más vendidos cada año y ella se consumía un poco más cada año

Aquella amargura la reconcomía y transformaba su cara de mujer madura en una anciana

La época de promoción de sus libros era la peor para ella

Las librerías, los únicos lugares de distracción para ella, se convertían en su peor pesadilla

Deseaba machacar aquella cara que aparecía en todos los expositores, que no volviera a sonreír. Arrancarle aquellos dientes tan blancos uno a uno. Que no presumiera nunca más de su peinado perfecto, dejándolo calvo para siempre. Y aquellas manos blancas y perfectas, aplastarlas para que no volvieran a engañar a nadie más con sus historias

Y así seguía, imaginando hasta despojarlo de toda apariencia humana

Solo le pedía a dios una cosa, no tener una sola oportunidad de quedarse a solas con él, porque sabía que sería capaz de hacerle todo aquello y mucho más

Pero pasaron los años y la vida te pone, no donde tú quieres, sino donde a ella le conviene

En la cárcel no le dejan acceder a la biblioteca. No puede tener libros en su celda ni conseguirlos de ninguna forma

Es una prohibición directa del psiquiatra

A ella le parece bien. Ya no necesita libros

Su cara parece otra. Se ha relajado. Sus labios ya nunca están fruncidos

La mujer dulce y tímida ha vuelto

PD 2º parte del relato que acompaña la receta de Galletas de coco en horno

*Todas mis historias son pura ficción



INGREDIENTES
400 g de alubias de bote sin escurrir
4 lonchas de panceta ahumada
Media guindilla
1 cebolla
1 diente de ajo
2 tomates maduros
400 ml de caldo de verduras o bien 400 ml de agua + pastilla de caldo de verduras
Romero
Sal
Aceite

ELABORACIÓN
Picar muy bien la cebolla y el ajo
Pelar y quitar las pepitas de los tomates. Trocear en cuadrados
Cortar la pancetas en taquitos

En la cubeta poner unas gotas de aceite
Menú Cocina
Dorar la panceta. Retirar y reservar

Añadir un poco más de aceite
Sofreír la cebolla y el ajo

Añadir la media guindilla y el romero
Cuando la cebolla transparente, retirar la guindilla

Añadir el tomate
Sofreír

Añadir las judías, la panceta y el caldo
Rectificar de sal
Remover bien
Cancelar menú anterior

Menú Cocina 6

Receta adaptada del coleccionable de Planeta DAgostini La cocina de mi abuela

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