La técnica de inyectar alimentos es la más apropiada para acentuar sabores, condimentar y hacerlos más jugosos.
Vino blanco, tinto o dulce, sabores frutales: naranja, bayas rojas, piña; mezcla de picantes en polvo y aceite… inyectados debidamente en la carne, realzarán los sabores en nuestros platos.
A continuación, algunas recomendaciones y el procedimiento para que puedas hacerlo en casa.
– Lo más adecuado es utilizar una jeringuilla o inyector específico para alimentos. Si no, puedes usar una jeringa médica.
– Los líquidos que vas a inyectar, han de estar debidamente colados para no obstruir la salida por la aguja de la jeringa o inyector.
– Lubrica la jeringa o inyector con un poco de aceite vegetal para que el caucho del émbolo corra fácilmente.
– Asegúrate de inyectar la carne antes de cocinarla, con unos 5 minutos de antelación, porque si la agujereas durante la cocción, hará que los jugos se escapen y quedará más seca.
– La inyección ha de ser lo más suave posible para que pueda meterse bien en la carne mientras esta se cocina.
– Siguiendo la dirección de la beta, inyecta en intervalos uniformes, arriba y a los lados, poniendo el inyector a diferentes profundidades para que la mayor parte de la carne esté saborizada.
– Apunta a una inyección cada 2 pulgada (5cm), no debes permitir que te quede llena de agujeros.
– Mientras se cocina, hierve el líquido que te sobró hasta que se espese y pincela con eso la carne para glasearla durante los últimos 5 minutos de la cocción.
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