2 patatas medianas
2 cebollas grandes
1 calabacín grande
3 huevos
Aceite de oliva virgen
Sal
Pelamos las patatas, las cortamos en rodajas de tamaño mediano y les ponemos sal.
Ponemos al fuego una sartén grande con una buena cantidad de Aceite de oliva virgen.
Freímos las patatas procurando que no se rompan (que queden doradas por fuera y tiernas por dentro). Reservamos en un plato.
En el mismo aceite de oliva, freímos la cebolla cortada en juliana gruesa, hasta que este transparente y blanda.
Cuando la cebolla este en su punto, añadimos el calabacín cortado en rodajas de tamaño mediano y salamos.
Dejamos que el agua del calabacín se evapore totalmente, y añadimos las patatas que habíamos reservado.
Mezclamos con cuidado para que no se rompan los ingredientes, y quitamos casi todo el aceite.
Añadimos los huevos, rompemos las yemas y mezclamos con mucho cuidado. Ajustamos el punto de sal, y apagamos el fuego para que acaben de cuajar los huevos con el calor residual.
Servimos.