Contrariamente a lo que podáis pensar al ver que estas albódigas van acompañadas de salsa verde, no son de pescado. Son de carne. Las clásicas de ternera y de cerdo. Eso sí, con una buena carne que a nosotras nos proporciona la carnicería Damma, de Palencia pero que exporta a toda la Península. Como decíamos, en principio dicha salsa se asocia a recetas de pescado, a unos huevos escalfados, a unas almejas, a unos espárragos o a unos guisantes estofados. Pero ya veis que no siempre es así. El color verde lo da el perejil. Si fuéramos italianas probablemente usaríamos mejor la albahaca. Las albóndigas es un plato básico de la cocina. Las hacía nuestra madre y también nuestra tía. Es un plato fácil de elaborar y, nos atreveríamos a decir, que gusta a todos, grandes y pequeños, porque no hay que preocuparse por los huesos y no hay miedo a atragantarse.
RECETA
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INGREDIENTES (para 6 personas)
500 g de carne de ternera picada
200 g de carne de cerdo picada
2 dientes de ajo
1 huevo
Unas ramitas de perejil
Una rebanada de pan con miga
1/2 cebolla
Medio vaso de vino blanco
Una cucharadita de harina
Sal
Aceite de oliva
Medio vasito de leche
Harina
Patatas para acompañar (opcional)
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PREPARACIÓN
Poner la miga de pan a remojar en leche.
Echar las carnes en un bol y aliñarlas con 1 diente de ajo bien picado al que habremos quitado el germen, un poquito de perejil picado, un huevo, la sal y la miga de pan bien escurrida. Para mezclarlo bien podéis hacerlo con las manos usando un guante de látex.
Cuando la carne esté bien mezclada empezar a darles forma procurando que sean todas de la misma medida. Es fácil darles la forma redonda si se echan en un vaso con harina y se agita el vaso.
Freírlas en abundante aceite e ir colocándolas en la cazuela en la que se vayan a guisar.
En el aceite sobrante de freírlas, si es mucho retirar un poco, freír a fuego lento la media cebolla cortada en brunoise. Una vez frita echar media cucharadita de harina para espesar la salsa y dejar unos minutos para que se tueste y no tenga sabor de harina cruda.
Añadir a esta salsa una majada de ajo, perejil y medio vaso de vino blanco. Dejar hervir unos minutos para que el vino blanco evapore, rectificar de sal y añadir un poco de agua. Cuando haya hervido echar la salsa sobre las albóndigas y dejar hervir media hora a fuego lento.
Se pueden acompañar de unas patatas fritas a cuadritos.