Pero no ha sido hasta hace unos días cuando tenía dos bolsas de espinacas, a punto de caducar, y pensé en hacer una base de pizza de espinacas sin gluten. He visto muchísimas recetas, algunas incluso sin harinas. Pero el problema es que llevaban muchísimo queso. Como tampoco quería que tuviera tanta grasa, decidí hacer una prueba, mezclando todo lo que había visto. Así que probé mi propia versión con un poco de queso parmesano recién rallado y un poco de harina para que no tuviera tanta grasa.
Observaciones antes de hacer tu base de pizza de espinacas:
Como puedes ver en las fotos, se ve muy verde (lleva mucha espinaca). Sin embargo, no ha echado para atrás a mis hijos, quienes acogieron la idea con gran curiosidad para pronto exclamar: Mamá, ¡está buenísima! Te aseguro que tengo un público muy exigente aquí en casa y mi hijo ya me está pidiendo que lo repita.Para la base he usado un poco de queso parmesano. Te recomiendo uno fuerte (también valdría gruyere, cheddar o manchego) para que combine bien con las espinacas y resalte el sabor. Puedes añadir más cantidad si quieres, seguro que quedará riquísimo, aunque a costa de más calorías.
En esta ocasión, la hemos tomado con tomate frito, atún, queso rallado y aceitunas. Pero puedes dejar volar tu imaginación y ponerle cualquier topping.
Es una receta divertida para hacer con niños, sobre todo la parte de añadir los ingredientes a la base ya hecha.
Si te gusta la base crujiente (como a mí), te recomiendo hacer el primer horneado en la bandeja del horno. Pero una vez que ya está cocida, hornea con los ingredientes en la parte baja del horno y encima de una rejilla. Aunque las espinacas se deben escurrir muy bien, es fácil que suelten algo de agua y así te aseguras una base bien hecha y ¡crunchy!
Esta entrada fue escrita por Adriana Aparicio también autora de funtimeingles.com que ahora trae su contenido a Manualidades Sin Gluten.