Por fín se hace notar la primavera. Los temporales de lluvia están dando tregua a días de sol, ya se escucha cantar a los pájaros y podemos dar un paseo apreciando los colores que nos brinda la naturaleza. El otro día me traje unas margaritas campestres que le dan un toque especial a mi casa y a las fotos, llenando de color el ambiente. ¡Es que no me puede gustar más esta estación del año!
La receta que os traígo hoy es un bizcocho de pueblo, el clásico, con pocos ingredientes, con aroma fresco a limón, muy esponjoso y con una textura que sólo el aceite de oliva puede darle y estos beneficios del aove hacen que nuestro pastel sea más saludable. Le damos glamour con nuestro molde y lo decoramos con un icing crujiente de limón.
¿Lo mejor? Que es una receta muy fácil de hacer y es de pura tradición. Parecerá que lo traes del típico horno u obrador del pueblo. No podrás resistirte a probarlo. No puedo esperar a contárosla...
Pasamos a la receta!
Ingredientes: - 3 huevos
- 150 grs. azúcar
- ralladura de limón
- 170 ml. aceite de oliva virgen extra
- 200 grs. harina de trigo
- 12 grs. levadura química
Para el icing:
- zumo de medio limón
- azúcar glass
- ralladura de limón para decorar
Preparación:
En primer lugar comenzamos batiendo los huevos con el azúcar. No paramos hasta que se hagan una crema. Luego añadimos la ralladura.
A continuación, agregamos el aceite en hilo, despacio para crear emulsión y no se nos baje la crema que llevamos hasta ahora.
Tamizamos la harina junto a la levadura y vamos agregando en varios pasos, nunca de golpe.
Cuando esté toda nuestra mezcla homogénea, vamos preparando nuestro molde.
Engrasamos un molde de 6 tazas o uno mediano. En mi caso utilicé uno de Nordic Ware y lo engrasé con spray desmoldante pero podéis hacerlo con aceite o mantequilla. Vertemos en el molde y le damos varios golpecitos sobre la base para evitar que queden burbujas de aire.
Horneamos unos 40-45 minutos a 180 grados. Haremos la prueba del palillo y retiramos cuando salga limpio. Si es un molde convencional, dejamos enfriar completamente y luego desmoldamos.
Si es un molde Nordic Ware, llevamos a la rejilla y dejamos enfriar 10 minutos. Luego, con ayuda de de un paño, le damos varios golpes sobre la encimera y lo movemos a izquierda y derecha. Luego le damos la vuelta, desmoldamos y dejamos enfriar completamente.
Para el icing, añadimos un poco de azúcar glass a un bol, al que vamos añadiendo zumo de limón y removiendo con una cuchara. Alternaremos estos dos ingredientes hasta que no tengan grumos y alcancemos el espesor adecuado.
Decoramos nuestro pastel ya frío creando una capa fina para que quede crujiente y añadimos un poco de ralladura de limón. Dejamos secar unos 15 minutos y ya está listo para la merienda o desayuno...para el parque o para el colegio!
¿Qué tal? ¿Os gustó la receta? Es de lo más sencilla y tradicional. Toda una delicia que podéis disfrutar cuando queráis, que no tiene fecha específica y que es una receta de cabecera en todo hogar. Un básico que no pasa de moda, que hoy rescatamos y le damos toque renovado.
Os animo a que uséis más a menudo el aceite de oliva en vuestras elaboraciones. Sé que han subido de precio pero invertir de vez en cuando un poco en un pastel os aseguro que sale rentable. No sólo por el sabor o textura, sino por los nutrientes que aporta al ser más saludable.
Si os gusta este tipo de recetas con cítricos, os animo a que déis un vistazo al plum cake de naranja y chocolate, el pastel de naranja y almendras o el clásico de limón y yogur. Estoy segura que os dará más ideas para elaborar vuestro postre!
Vuelvo pronto con más recetitas. Un saludo muy dulce!
Maribel García