Hoy le toca el turno a un bizcocho holandés, denso, delicioso. Tiene la peculiaridad de que no lleva levadura ni bicarbonato, por eso tiene esa textura tan especial.
La elaboración es muy sencilla, sólo requiere algo de tiempo para que maceren las manzanas. Y el resultado merece el esfuerzo.
Lo primero, los ingredientes:
- 3 manzanas medianas, peladas y cortadas en rodajas
- 3 cucharadas de azúcar y 1 taza de azúcar por separado
- 1 cucharilla de canela molida
- 2/3 de taza de mantequilla pomada
- 4 huevos grandes
- 1 cucharilla de extracto de vainilla
- 2 tazas de harina común
- 1/8 de cucharilla de sal ( si usas mantequilla con sal, no hace falta añadir más sal).
Elaboración:
Comenzamos colocando las rodajas de manzana en un cuenco con las 3 cucharadas de azúcar y la canela y lo dejamos reposar, al menos una hora.
Encendemos el horno a 160ºC
En otro cuenco batir la mantequilla con el resto del azúcar hasta que la mezcla esté cremosa y pálida, añadir entonces los huevos uno a uno y batiendo muy bien. Ahora añadir el extracto de vainilla y cuando ya esté bien mezclado ir añadiendo poco a poco la harina y la sal, previamente tamizada.
Forrar un molde de plum cake con papel de hornear y engrasar los lados, verter la crema y colocar encima las rodajas de manzana de forma vertical muy juntas unas de otras, hasta cubrir toda la superficie ( si es necesario puedes comerte un par de rodajitas, está deliciosas).
Hornear a 160ºC durante una hora o un poco más, hasta que al pinchar el centro, el palillo salga limpio.
Dejar enfriar 10 minutos dentro del molde y luego sacar a una rejilla para terminar de enfriar.
Como podéis ver en las fotos es un bizcocho muy compacto y denso. Tiene un intenso sabor y el aroma de la manzana y la canela lo hacen irresistible.
Espero que lo probéis, porque es algo espectacular.
¡Hasta la próxima receta!