Mientras pensaba en cómo aprovechar las berenjenas que me regalan en esta época del año, me acordé de la boronía, un plato tradicional de la gastronomía del Caribe colombiano que se acostumbra a servir como acompañamiento de pescados y carnes. Hacía muchos años que no preparaba este majado de berenjenas con plátano maduro sazonado con un sofrito de tomate, cebolla y ajo. Pero tan pronto como recordé su delicioso sabor dulzón y su consistencia suave y jugosa, no tardé en comprar unos plátanos machos amarillos para prepararla.
Al investigar un poco sobre la historia de la boronía colombiana, encuentro que se trata de un plato de origen árabe que, probablemente, fue introducido en el país por dos vías migratorias diferentes. Hay una versión que la considera una adaptación de la alboronía que se consumía en España desde la época mozárabe y que llegó al país a través de la colonización española. Mientras que otra versión sostiene que fue introducida por los inmigrantes árabes que llegaron al país a finales del siglo XIX y principios del XX. Si soy sincera, doy por ciertas ambas explicaciones, seguramente los españoles fueron los primeros en llevar la receta; pero se terminó de popularizar o expandir con la posterior inmigración árabe.
Antes de publicar esta entrada, hice un par de pruebas con la receta de la boronía. La primera vez la preparé con los plátanos y las berenjenas asados en el horno y, aunque reconozco que se intensificaron los sabores de estos vegetales, el majado quedó un poco seco y pasaba con cierta dificultad por la garganta. En la segunda prueba adicioné la misma cantidad en peso de berenjenas y plátanos; y obtuve un puré demasiado dulce. Con estas pruebas saqué en claro un par de cosas: que me gusta la boronía preparada a la antigua, con los vegetales cocidos en vez de horneados, porque queda más jugosa y ligera. Y que prefiero que el peso de las berenjenas sea mayor o que duplique al de los plátanos, pues así no me resulta empalagosa.
Si desean probar esta preparación, les recomiendo que se fijen más en el peso de los ingredientes que en el número de unidades de los mismos. Ya saben que los plátanos y las berenjenas tienen diversos tamaños y es más fácil controlar las proporciones de la receta con el peso. Recuerden que me pueden encontrar en Facebook. Los invito a visitar mi blog -->Los Antojos de Clara
Ingredientes para 5-6 personas:
800 gramos de berenjenas (3 unidades grandes)
500 gramos de plátano macho maduro (2 unidades medianas)
5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
180 gramos de cebolla roja (1 unidad grande)
1 diente de ajo grande
500 gramos de tomates pera maduros (5 unidades medianas)
1 cucharadita de sal
Preparación:
Como desde hace años no me topo con una berenjena amarga, ya ni me molesto en ponerlas a sudar con sal antes usarlas en alguna receta. Si las berenjenas que acostumbran a comer suelen ser amargas, es mejor que hagan ese paso previo.
Comenzamos lavando muy bien las berenjenas y los plátanos. Pinchamos las berenjenas con un tenedor antes de cocinarlas. A los plátanos les retiramos las puntas y los cortamos en mitades. Ponemos a cocer las berenjenas enteras en una olla con abundante agua hasta que ablanden. Notarán que al principio se quedan flotando, pero a medida que se vayan cociendo se irán hundiendo. También ponemos a cocer los plátanos en una olla con agua suficiente para cubrirlos al menos 2 cm. Comprueben la cocción de los vegetales pinchándolos con un tenedor, estarán bien hechos cuando la pulpa se sienta suave y no ofrezca resistencia.
Una vez cocidos los plátanos y las berenjenas, los sacamos del agua y los dejamos templar un poco. Extraemos la pulpa de la berenjena y la majamos con un tenedor, yo la dejé un poco gruesa. Hacemos lo mismo con los plátanos, aunque en este caso, hice un puré más fino.
El sofrito lo preparamos mientras se cuecen los plátanos y las berenjenas. Picamos finamente la cebolla y trituramos el diente de ajo. Antes de cortar los tomates en cubitos los escaldamos en agua hirviendo para quitarles la piel con facilidad, yo los sumergí un instante en el agua de las berenjenas.
Calentamos 5 cucharadas de aceite de oliva en una sartén grande, agregamos la cebolla y el ajo y sofreímos a fuego medio hasta que la cebolla se vuelva trasparente. Adicionamos el tomate, sazonamos con una cucharadita de sal y con una pizca de pimienta negra recién molida. Continuamos sofriendo hasta que el tomate se deshaga y se forme una salsa deliciosa. Cuanto el sofrito esté listo, apartamos la mitad en un plato. Agregamos los vegetales majados en la sartén y mezclamos bien. Prueben la boronía, si lo consideran necesario, rectifiquen la sazón con una pizca de sal.
Servimos la boronía caliente cubierta con el sofrito que habíamos apartado. En Colombia se esparce un poco de queso fresco salado sobre la boronía al momento de servir. Pero yo no quise adicionarlo porque estoy disminuyendo el consumo de lácteos. Además, en vez de acompañarla con alguna carne o pescado, opté por comerla con una ricas hamburguesas de lentejas.
¡¡¡Miren que comida vegana tan rica y completa!!!
¡¡ Hasta pronto!!