A simple vista nos engaña y nuestra memoria nos dice que es una tortilla, pero al darle el primer corte, te convences aún más. La boca se hace agua y nos volvemos impacientes por dar el preciado bocado que lo decidirá todo. Una ración para cada uno:
Nos miramos con ansias de probarla. Cometí el error de probar la mezcla de harina de garbanzos cruda y el sabor fue amargo y contradictorio.
Preparados, damos el primer bocado y de allí en adelante no puedo explicar la sensación tan especial, el sabor amargo desapareció, sabor fino, de textura esponjosa y jugosa.
¿Te animas a probarla?
Ingredientes | 2 raciones | adaptación de SaludVegana
6 cucharadas de Harina de Garbanzos
1 cucharada de Maizena
180 ml de leche de soja
1 cebolla morada
2 patatas medianas
1/4 de pimiento rojo
1 zanahoria
1 ajo
1 cucharadita de sal del himalaya o sal al gusto
Orégano
Pimienta Utensilios
Sartén de tamaño medio
Mandolina o cuchillo bien afilado
Minipimer o lo que tengas para batir Procedimiento
Pelamos y cortamos finamente la patata y la zanahoria, cocemos al vapor por uno 10 minutos.
Pelamos y cortamos en juliana la cebolla y el pimiento rojo. En una sartén salteamos junto con el ajo hasta que la cebolla esté transparente.
En un bol amplio, mezclamos la leche, la harina de garbanzos, la sal, la pimienta y la maizena. Debemos mezclar hasta obtener una textura similar al huevo, homogénea y sin grumos. Si está muy espesa añadir más agua hasta lograr el objetivo.
Juntamos las verduras con la mezcla de garbanzos y en una sartén con poco aceite vertemos la mezcla, cocemos por ambos lados hasta que esté doradita. Más allá de la receta
Podéis jugar con la mezcla de harinas, por ejemplo de garbanzos con harina de arroz y cambiará el sabor. Yo he utilizado la harina de garbanzos El Granero Integral.
No tengáis miedo a combinar verduras, los sabores y la textura de cada una es un valor añadido.
Tener en cuenta que 1 cucharada de harina de garbanzos + 2 de líquido equivalen más o menos a 1 huevo.